miércoles, 25 de abril de 2012

El holocausto palestino a manos de Israel


El holocausto palestino a manos de Israel

Por Adán Salgado Andrade

Actualmente vivimos una época en donde el control mediático, combinado con hipocresía pura, muestran hechos totalmente falseados o con un mínimo de veracidad. Por ejemplo, recientes invasiones, como la realizada a Libia, so pretexto de un “rescate humanitario”, fueron logradas en buena medida gracias a los factores mencionados, los cuales distorsionaron por completo la realidad libia, exagerando muy convenientemente el autoritarismo de Muammar Kadafi, con tal de tener el pretexto excelente, como dije, de armar a mercenarios y autorizar bombardeos de la OTAN, lo que culminó en la estrepitosa caída de Kadafi, además de su innecesario asesinato, como para que no quedara duda de que se acababa con el “temible dictador”, pero que se justificaba por todo lo que había estado haciendo durante años (en realidad, Libia tenía un aceptable desarrollo económico, que su población disfrutaba, por lo que las protestas no se explican porque hubiera existido pobreza extrema). Finalmente, todo pareció una especie de plan “perfecto” para imponer en Libia a un gobierno títere que permitirá muy dócilmente a las corporaciones extranjeras, seguir explotando las cuantiosas reservas petroleras de dicho país, las que, justamente, Kadafi había pensado controlar y regular mejor desde el Estado (ver en este mismo blog mi artículo: “Detrás del ‘rescate humanitario’ en Libia: mucho petróleo y escándalos sexuales”, en donde analizo precisamente el dolo con el que actuó la colusión de intereses petroleros de prepotentes países como Francia, Inglaterra y EU). A menos de un año de “rescatada” Libia, el país enfrenta muy serios problemas entre grupos de mercenarios rivales que se están peleando el poder económico y político, además de que hostigan, torturan y encarcelan a la población que se opuso a su control. Por otro lado, se dañó mucha infraestructura, hubo miles de muertos y en muchos aspectos el país habrá retrocedido por muchos años respecto a cómo estaba antes de la guerra (en mi opinión, algo similar está sucediendo con Siria, país que también cuenta con importantes reservas de petróleo y gas natural, entre otros importantes, estratégicos recursos. El profesor James Petras se ha referido a dicho problema, afirmando que no es una “protesta pacífica” la que está dándose en ese país, sino un movimiento armado, pero que los medios occidentales han manipulado a su favor y han tratado de mostrar que el gobierno sirio está atacando a civiles desarmados. Como comento antes, es lo que el control mediático puede hacer, tergiversar la realidad. Además, en una reciente entrevista hecha por el fundador de Wikileaks, Julian Assange, al líder del movimiento chiita libanés Hezbolá, el señor Hasán Nasralá, éste declaró que “en Siria todos saben que el gobierno de Bashar Assad ha apoyado la resistencia en Líbano y Palestina. No se ha acobardado ante las presiones de Israel y Estados Unidos, por tanto, es un régimen que ha servido a la causa palestina”, otra razón que también explicaría por qué se trata de acabar con el régimen de Assad).
Lo anterior ilustra el punto que analizo, como dije, control mediático e hipocresía, a favor, sobre todo, de quien detenta el poder en determinado instante y en alguna región. De esa forma, se justifica el que a la población de un país la reprima su gobierno o el sometimiento total de una nación por una o varias. Eso mismo sucede en este momento con los pretextos que se están buscando para un eventual ataque militar a Irán. Aquí, la “justificación” es que ese país está desarrollando un programa para fabricar ojivas nucleares, a pesar de que las autoridades iraníes han demostrado muy convincentemente que dicho programa es para fines pacíficos. Y quien más ha arreciado esos mentirosos, mediáticos ataques es Israel, país que se vale de su holocáustico pasado para satanizar a todo aquel individuo o nación que se atreva a discordar con sus tácticas militares y sus métodos violentos para garantizar su existencia como país. Así, según Benjamin Netanyahu, actual primer ministro israelí, Irán es una “total amenaza” a la existencia de su país, sin que realmente medie un factor que, en efecto, diera como un hecho la tal amenaza. Incluso, por estos días, se satanizó al escritor alemán Günter Grass, en un acto de medievalismo herético mental, dado que escribió un poema en donde Grass, más bien afirmaba que la amenaza era el gobierno de Israel, al tratar de llevar al mundo a un nuevo aventurerismo militar – como sucedió en Afganistán y luego en Irak –, que acarrearía consecuencias mucho muy graves para todo el planeta, no sólo a las naciones involucradas. El resultado del atrevimiento de Grass, por oponerse a las manipulaciones y mentiras de Israel, es que ya es considerado persona non grata y tiene prohibido para siempre viajar a Israel (lo peor es que ese obscurantismo macartista hizo eco en muchos supuestos “intelectuales y escritores” que se unieron al boicot judío en contra del afamado premio Nobel alemán).
Ésas, sólo son actitudes que combinan un exagerado bombardeo mediático, con posiciones hipócritas, porque basta consultar los pocos medios informativos, objetivos, que existen, por fortuna, para darse cuenta de que, en el caso de Israel, los niveles a que ha llegado con tal de ocultar y minimizar los problemas concretos que está infligiendo al sufrido, humillado pueblo palestino (ya me he referido en otros trabajos a la constante represión y masacres que Israel ejerce contra el pueblo palestino. Ver en este mismo blog mis artículos: “El silencio de Obama” y “Armas, egoísmo, corrupción y el big money”, en donde analizo, además, cómo esas brutales tácticas se dan bajo la total venia de EU, aliado incondicional de Israel).
Para este análisis, me referiré a los hechos que presenta un excelente documental, el que a pesar de haberse producido en el 2003, no deja de ser un dramático testimonio de lo que realmente está haciendo Israel con Palestina, lo que yo llamo, justo, el holocausto palestino. El documental al que aludo se llama “Peace, Propaganda & the Promised Land”. El link es: https://www.youtube.com/watch?v=MiiQI7QMJ8w  (copien y peguen, pues no abre directo)
Está producido por la Media Education Foundation y abre con la siguiente explicación: “En 1967, tras la guerra entre Israel y los países de Siria, Jordán y Egipto, Israel ocupó militarmente la Franja Occidental (Cisjordania), la franja de Gaza y Jerusalén oriental. Ese mismo año, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 242, instando a Israel a que desalojara los territorios ocupados por la fuerza. Sin embargo, Israel aún no ha cumplido con la resolución. Hoy día, tres millones de palestinos viven bajo una ilegal ocupación militar. Hoy día, las vidas tanto de israelíes, así como palestinos, están plagadas de diaria violencia e inseguridad”. Como menciono arriba, puesto que el trabajo fue producido en el 2003, en efecto, los ciudadanos de ambos países estaban en peligro constante de perder la vida, especialmente los palestinos. Sin embargo, los peligros que enfrentaban en ese entonces los israelíes, tenían que ver con los atentados suicidas perpetrados por los palestinos que de vez en cuando sucedían y que a la fecha prácticamente ya han sido eliminados. Pero al ver el documental, queda muy claro el por qué de dichos ataques, y que no se trataba de simple terrorismo, como el aparato mediático internacional, sobre todo el estadounidense, en combinación, claro, con el judío, promovían. Esos ataques eran una respuesta (quizá no la más conveniente, ni justificada, como los mismos analistas refieren) al constante sometimiento, represión y frecuentes masacres a las que los palestinos han sido sometidos desde 1967.
En este objetivo, honesto trabajo visual, de casi ochenta minutos de duración, se muestran una serie de factores, gracias a los cuales, Israel ha logrado no sólo justificar el permanente control palestino, sino ejercer una represión militar constante que llega a niveles de verdadera barbarie, cometiendo asesinatos y masacres, no sólo de supuestos militares, sino de población civil inocente, pero que quedan perfectamente justificados al investirse Israel en su permanentemente papel de “víctima” y de que los ataques a los palestinos siempre son en “legítima defensa”. Y de entrada se advierte que el trabajo contiene escenas de violencia gráfica. Y en efecto, nada más hay que ver, por ejemplo, las escenas en los minutos 6:23 y en los 6:40, y se darán cuenta la forma tan bárbara en que militares judíos golpean y reprimen a todo aquel palestino que se atreva a cuestionar sus retenes o las absurdas órdenes que se deben acatar por parte de la vejada, humillada, encarcelada… nación palestina.
Se combinan escenas de la diaria violencia contra los palestinos, con entrevistas realizadas a expertos, como al profesor Noam Chomsky, destacado lingüista del Instituto Tecnológico de Massachusetts, quien abre afirmando que la franja de Gaza y Cisjordania han estado ocupadas militarmente desde 1967, de una forma brutal y dura y que la vida de los palestinos desde entonces se ha vuelto invivible. Sigue el comentario de la señora Gila Svirsky, de la Coalición de Mujeres para una Paz Justa, asociación israelí (o sea, son los sectores progresistas que se oponen a las tácticas de sus paisanos), quien abunda sobre lo que dice Chomsky, agregando que Israel usurpa el territorio de los palestinos, demuele sus casas, los reprime (en el minuto 2:55 se observan escenas de brutalidad militar, por ejemplo), en tanto que los palestinos lo que siempre han hecho es protestar contra tanta insufrible, violenta opresión.
Luego, se presenta la opinión de la periodista Alisa Solomon, del periódico The Village Voice, de EU, quien refiere que al hablar con un defensor de los derechos humanos en Palestina, éste le indicó que la táctica israelí es de “completa sofocación, hay puestos de revisión por todos lados, los palestinos no pueden trasladarse libremente de un lado a otro, ni siquiera dentro de su mismo territorio, y recorridos que antes se hacían en diez minutos, ahora se llevan hasta cuatro horas, condiciones sociales terribles, con un 65% de palestinos desempleados, 75% viviendo por debajo de la línea de la pobreza (vean desde el minuto 3:16, las escenas de destrucción y caos urbano), no hay economía, las cosechas se destruyen para dar paso a colonias judías (les recomiendo ver el filme “El limonero”, del 2008 – Etz Limon –, de producción alemana, francesa e israelí, dirigido por Erab Riklis, que muestra perfectamente el drama que significa cuando se despoja a un palestino de sus cosechas o de sus tierras. En este caso, la historia versa sobre una mujer, Salma Sidane (Hiam Abbas), la que tiene la desgracia de que junto a su huerta de limones, se va a vivir un militar de alto rango israelí y para evitar que entre los limoneros de Salma pudieran esconderse “terroristas” que pudieran atentar contra el militar, el gobierno, prepotentemente, le dice a la humillada mujer que le talarán todos sus árboles, sin que les importe que de ellos vivía Salma, y sólo le dicen que la “indemnizarán”, con una irrisoria cantidad. Sin embargo, Salma emprende una tenaz lucha y al final logra que los árboles, en vez de cortarse, sólo se poden. Claro que la realidad es peor, pues a los campesinos palestinos se les despoja sin darles nada a cambio).
Luego, se presenta el testimonio de Toufic Haddad, coeditor de la publicación palestina Between The Lines, establecida en Cisjordania, quien afirma que los palestinos no tienen ninguna libertad para ejercer su cotidianeidad, pues desde ir de compras, al trabajo, a la escuela, al doctor… todo es revisado y controlado por los judíos. Por ejemplo, en el minuto 4:03, hay una escena de dicho control, en la que una mujer palestina pide a un guardia judío que le permita pasar para ir a Ramallah, pues allí vive y a pesar de que muestra su documento de identidad, un soldado le indica que no puede pasar por allí, que rodee por Wadi Nar, pero la señora insiste y le dice al prepotente soldado que no tiene dinero para irse por allí. La fría respuesta del molesto militar es “¡Pues póngase a trabajar y consiga el dinero!”.
Incluso se muestran los comentarios del mayor Stav Adivi, de las reservas del ejército israelí (que más adelante se informa que él representa a un grupo de militares que están en contra de las bárbaras represiones y masacres que su país comete contra los palestinos, a los que el gobierno acusa de “traidores”), quien también refiere cómo esa permanente opresión de que los palestinos deben de pasar por varios retenes durante el día, vuelve su vida terriblemente dura, en la que bajo cualquier pretexto se niega la entrada, ya sea que porque el permiso no esté vigente o porque no hay paso por allí en ese momento o que, de plano, ya deben de buscar otro lado por dónde pasar. Y no sólo eso, sino que los palestinos son frecuentemente obligados a permanecer en sus hogares debido a que hay toque de queda y ¡cuidado con violar esa imposición militar, pues el riesgo es perder incluso la vida! Por ejemplo, en la ciudad de Jenin, entre el 2002 y el 2003, hubo 122 días de 300 bajo toque de queda. En Belén, en ese mismo periodo, 107 días de 300 estuvieron también bajo toque de queda. En Hebrón, 167 de 300. En Nablus, 177 de 300 días también estuvieron bajo toque de queda. Así, los palestinos quedan digamos que presos en sus casas, incapaces de hacer nada, ni de salir a trabajar, a comprar alimentos a mandar a sus hijos a la escuela (¡vaya si los niños palestinos tienen bastante difícil el ir a la escuela!, ¿no les parece?).
También se incluyen comentarios del rabí Michael Lerner, fundador y editor de la revista Tikkun, de EU, quien afirma que desde la segunda intifada, muchos de los territorios ocupados están constantemente rodeados por tanques y soldados israelíes, a lo que se refiere como una “¡horrenda situación, es como si se viviera en una gran cárcel!”. El profesor Neve Gordon, experto en gobierno y política, de la universidad Ben Gurion, de Israel, sostiene lo mismo, y que sometido un pueblo a esas constantes humillaciones y represiones, la única respuesta posible es a través de la violencia (cursan sus comentarios con las escenas de brutalidad militar que les comento arriba, en el minuto 6:23, en la que un palestino con la boca sangrante es nuevamente golpeado contra un muro metálico, y en el 6:40, en la que dos indefensos palestinos están siendo pateados y golpeados con piedras, ensañadamente, por soldados judíos).
Tras esos testimonios, se indica que Amnistía Internacional ha documentado regularmente todas las violaciones en las que han incurrido los militares judíos, en las que se citan asesinatos ilegales, tortura y maltrato de prisioneros, destrucción de casas con inquilinos adentro, bloqueo de ambulancias, impedimento de ayuda humanitaria, así como el uso de civiles palestinos como escudos humanos. Todo eso constituyen crímenes de guerra. Y de nuevo la señora Gila Svirsky comenta que no se puede comprender todo lo que significa la ocupación palestina por parte de Israel, si no se coloca uno en su lugar, de los palestinos, de que no puedan caminar libremente, de que mujeres trasladadas por ambulancias que están por dar a luz, deban de arriesgar sus vidas, pues tienen que esperar durante horas en los retenes hasta que se les “autorice” el paso. Y, sí, en efecto, esa parte inicial del documental basta para comprender que los territorios palestinos se han convertido en nuestros días en simples campos de concentración en los que muchas veces ni siquiera se permite el paso de ayuda humanitaria, como alimentos, o que constantemente son bombardeados por cualquier pretexto, dejando a cientos de muertos, destruyendo la poca infraestructura que aún queda de las ciudades y poblaciones palestinas, dejándolas así, ruinosas, como parte del plan que Israel tiene de ir desocupando dichos territorios palestinos para reocuparlos y desaparecer totalmente del mapa lo que aún queda de esa humillada, vejada nación.
Pero, como se enfatiza en el documental, el hecho de que no se conozca la realidad de la ocupación palestina se debe principalmente a que el control mediático de la “información” está hecho a la medida de los intereses comunes de Israel y su incondicional aliado EU. No sólo es el ocultamiento de la verdad, sino su frecuente deformación lo que ha provocado que una gran parte del mundo ni siquiera esté al tanto de la ocupación israelí de Palestina desde hace años.
En el documental se muestra perfectamente cómo, en efecto, los hechos se han manipulado por años por medios estadounidenses y judíos, tan a favor de Israel, que hace ver como los culpables de su dramática, penosa situación a los palestinos, y que por ello éstos son merecedores del constante “castigo” infligido por el ejército israelí, el cual sólo recibe “órdenes”, las que en todo momento son simplemente “defensivas”. Y trata de ser un trabajo testimonial, al acompañarse justamente de crudas escenas, en donde se ve la cotidiana represión de la que son sujetos los palestinos, así como de objetivos comentarios hechos incluso por los intelectuales judíos que ya he mencionado arriba, quienes se oponen a la política de permanente represión, hostigamiento y gradual expulsión de los palestinos de sus legítimos territorios, en los cuales han vivido por siglos, hasta que poco después de concluida la segunda guerra mundial, parte de lo que era Palestina, fue arbitraria y prepotentemente despojada por las potencias imperialistas, Inglaterra, la principal, así como EU y la extinta URSS, para dotar de territorio a los judíos de aquellos tiempos, los cuales, una vez dejada atrás su hasta entonces humillada existencia, han hecho con Palestina, lo que en su momento ellos sufrieron y criticaron duramente.
Y ha sido tan importante para Israel dejar en claro que es víctima y no victimario, que el control mediático a que me refiero antes, es vital. Por ejemplo, en el documental se recuerdan las masacres provocadas en 1982, tras la invasión de Líbano, una más de las frecuentes ocupaciones que Israel ha hecho en sus países limítrofes. En los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila, los falangistas libaneses (pro judíos), asesinaron a cientos de aquéllos. En ese caso, a Israel no le importaron tantos muertos, sino su imagen pública mundial, que en ese momento no pudo controlar del todo. Por ello, el gobierno israelí, desde entonces, ha tenido muy buen cuidado de ejercer un pleno control mediático para que ninguna nota o información que pudiera estar en su contra o dañar la imagen de “víctima” que se ha adjudicado, sea filtrada.
Así, la “información”, sobre todo la destinada al público estadounidense (pues es vital que los estadounidenses entiendan por qué su país es aliado incondicional de Israel), es filtrada, primero, por los dueños de las corporaciones mediáticas, luego, por los políticos y, por último, por el propio gobierno israelí, quien contrata a “agencias de imagen” (relaciones públicas o pr, como se define este término en inglés), tales como Rubenstein (http://www.rubenstein.com/), con tal de que se maquille y se vuelva totalmente inocua la información procedente de la ocupación palestina (de hecho, la empresa Rubenstein se define como “comunicaciones estratégicas y relaciones mediáticas”, y abunda “Somos creadores de oportunidades publicitarias innovadoras, así como soluciones comunicacionales que apoyan la totalidad de los objetivos de nuestros clientes. Adicionalmente, somos expertos en el manejo de crisis gerenciales y de relaciones financieras, además de que aconsejamos un adecuado manejo de imagen y de ciudadanía corporativa”. Así que, como ven, el trato que reciben las desafortunadas informaciones de la ocupación palestina reciben un hermoseador trato publicitario).
Por otro lado, también contribuyen a la deformación y maquilleo noticiosos muchas asociaciones privadas, como las religiosas, tanto cristianas, así como judeo-cristianas, además de civiles, como la AIPAC (American Israeli Public Affaires Commitee), que constituye uno de los más poderosos entes que buscan la defensa de los intereses israelíes en EU, sobre todo el mencionado control mediático y que su “gran amigo” EU siga siendo un incondicional aliado en las acciones de Israel, sobre todo la gradual ocupación de Palestina. Desafortunadamente, asociaciones progresistas que se oponen a las acciones genocidas de Israel, tales como Judíos en Contra de la Ocupación o Americanos por la Paz Ahora, muy rara vez logran pasar a través de los filtros que menciono arriba. Y si es que alguna nota negativa para la imagen de Israel llegara a filtrarse, aún están asociaciones como CAMARA (Committee for Accuracy in Middle East Reporting in America) que “monitorearía” y censuraría a dicha nota, antes de que se pudiera hacer pública.
Así pues, la mayor parte de las noticias que se difunden sobre esa infame ocupación, llegan rasuradas, blanqueadas y hermoseadas.
Toda esta situación, en el documental, se explica que es parte de las “relaciones públicas” de Israel con el mundo, para ocultar la realidad de la ocupación palestina.        
Así, un primer objetivo es, justamente ocultar la ocupación. Como señala el comentario del profesor Robert Jensen, de la universidad de Austin, Texas, “el problema al mostrar la cobertura que se hace en el conflicto israelí-palestino no es lo que se dice, sino lo que no se dice y en ese sentido, el problema es que todo se saca de contexto, y el contexto es que las airadas protestas palestinas se deben a una ocupación que ya lleva casi 45 años”.
En efecto, se muestran escenas de cómo las cadenas noticiosas estadounidenses, como CNN o NBC, difunden los enfrentamientos entre jóvenes palestinos, lanzando piedras a soldados judíos y a éstos respondiendo con disparo o incluso cañonazos. Pero no se aclara que esas batallas son dentro de los mismos territorios palestinos ocupados, que si los jóvenes están apedreando a esos soldados es porque Israel acaba de cometer algún nuevo acto de arbitrariedad o de fuerza, como el tomar tierras, demoler casas, asesinar a civiles inocentes. Así, al descontextualizar la raíz del problema, quien mire eso, por ejemplo, un estadounidense, ignorante de los antecedentes de invasión, de hostigamiento y de represión judía hacia los palestinos, simplemente verá a jóvenes “violentos” a los que, con justificada razón, el ejército judío reprime “en legítima defensa propia”. Son, pues, notas editadas. Y es tanto el control, que sólo cuatro por ciento de las cadenas que difunden ese tipo de notas, dejan claro que la violencia se lleva a cabo en territorios ocupados y que se trata de represión militar judía contra palestinos en la defensa de sus intereses. Y de hecho, siendo más enfáticos, Israel, contraviniendo convenios de la ONU, es el único país que en la actualidad mantiene a sus tropas, fuertemente armadas con tanques y equipo pesado, fuera de sus fronteras, estacionadas en forma permanente en otro país, Palestina, a cuya población está hostigando y obligando a abandonar, por la fuerza, las pocas tierras que aún le quedan.
El segundo objetivo de la deformación mediática es la de hacer invisible la colonización de las tierras palestinas por parte de los colonos judíos, la que nunca ha parado. Generalmente las colonias judías se construyen sobre partes elevadas, tales como colinas o cerros, con tal de que sean difícil de ser atacadas por los palestinos, pero también para que los militares que se destacan para “defenderlas”, tengan una mejor vista del panorama. Y prácticamente están diseminadas por todo lo que son los territorios de la franja de Gaza y Cisjordania, pues la idea es ocupar gradualmente dichos territorios hasta que llegue el día de la anexión plena de lo que aún es Palestina y la expulsión total de sus ciudadanos. Por otro lado, las reservas acuíferas de las que prácticamente se surte Israel están en esos territorios, y esa es una muy vital razón más para no desocuparlos jamás. Además de las colonias, Israel también expropia las tierras aledañas a aquéllas, así que ya más del 40% del territorio de Gaza y Cisjordania está en su control y son más de 300 mil los judíos que habitan ya esos ilegales asentamientos. Por lo mismo, hay retenes por todos lados, pues las colonias y “sus” tierras de influencia están tan interconectadas entre sí y con Israel, que los humillados palestinos, las más de las veces, tan sólo para ir al mercado, supongamos, deben de cruzar varios retenes, claro, eso si se les permite hacerlo.
Además, para que las colonias judías no se vean como una presencia invasora en Palestina, ahora se les llama simplemente “barrios”, con lo que se presentan como algo inocuo. El periodista del diario inglés The Independent, Robert Fisk, quien también da sus puntos de vista en el documental, refiere que en cierto momento la cadena estadounidense CNN ordenó a todos sus periodistas que en adelante ya no usaran la palabra “colonia” al referirse a los asentamientos judíos, sino simplemente “barrios”. Así, si jóvenes palestinos aparecen atacando un “barrio”, parecerá como si esa violencia es irracionalmente dirigida a un tranquilo conjunto habitacional judío… ¡y por eso los militares tienen que defenderlo y matar, incluso, a los agresores, quienes las más de las veces sólo poseen piedras para defenderse! Pero esa situación tiene la ventaja adicional, para los israelíes, de que les da un sentido de posesión sobre los terrenos en donde se asientan, como si ellos fueran los habitantes originales, de tal modo que los vuelve agresivos y violentos contra cualquier protesta o intento palestino por tratar de recuperar sus tierras. Así, forman una especie de comandos armados, especialmente jóvenes judíos, que atacan a los palestinos o sus posesiones (ver en el minuto 27:50 a un judío que porta una ametralladora y en las subsiguientes escenas, cómo varios jóvenes israelíes atacan a palestinos. En el minuto 28:42, pueden ver a judíos destruyendo un área cultivada palestina, sus plantas, su sistema de riego, de forma totalmente irracional. Más adelante, un buldócer destruye una cosecha para dar paso a una nueva, ilegal colonia judía). Por otro lado, bajo cualquier pretexto, los judíos pueden despojar de sus tierras o expropiar las casas de los palestinos y demolerlas (ver el minuto 29:11). Entre septiembre del 2000 y febrero del 2003, 1123 hogares palestinos fueron arbitraria, ilegal y prepotentemente demolidos, con el absurdo pretexto de no haber presentado los habitantes de dichas casas “documentación” que avalara que se habían construido “legalmente”. Pero como señalan los comentaristas al respecto, son acciones ilegales, pues los palestinos no requieren de tales “permisos”, dado que ellos son los habitantes originales, quienes por siglos han vivido en tales tierras (las escenas que toman lugar a partir del mencionado minuto 29:11 al 31:56, son en verdad dramáticas, al ver cómo, sin ninguna verdadera razón, los habitantes de casas palestinas con orden de demolición son sometidos por policías y echados, para que luego maquinaria pesada destruya en pocos minutos hogares que se llevaron años para ser edificados. Y se comparte el dolor de los palestinos y el coraje con el que reaccionan hacia sus permanentes opresores, quienes seguramente serían felices si un día amanecieran muertos todos los palestinos, para ya no lidiar con ellos).
Un objetivo más de la deformación mediática es presentar las entendibles protestas de los palestinos, en especial los atentados suicidas, como injustificados, siendo que, como comentan los entrevistados, no es otra cosa que una natural reacción de aquéllos a tantos años de sometimiento, de humillaciones, de maltratos, torturas, de estar asediados permanentemente por un ejército enemigo muy bien armado armado, que los asesina o masacra constantemente. Pero, claro, presentados esas protestas o los atentados suicidas sin el contexto correspondiente, son tomados por la opinión pública mundial como simple injustificada, irracional violencia.
Sin embargo, como aclaré al principio del artículo, los atentados suicidas cada vez son más raros, y pienso que ya han sido prácticamente controlados por los servicios policiacos y de inteligencia israelíes. Eso explica por qué hay más de cuatro mil 700 prisioneros palestinos en cárceles de Israel, muchos de ellos detenidos simplemente por “detención administrativa”, heredada medida colonialista inglesa, bajo la cual, se puede arrestar a cualquier palestino sólo por parecer “sospechoso” y sin informarle de los cargos, ni presentar ninguna prueba en su contra (como una ley que acaba de aprobar el “progresista” de Obama, que permite que alguien se encarcele de antemano si se piensa que puede ser sospechoso en el futuro, ¡así de surrealistas se están volviendo las prepotentes leyes de esos dos países, todo con tal de “combatir” al terrorismo, la mayoría del cual dichos países han promovido!).
Por otro lado, en la manipulación mediática que hemos venido refiriendo, otra forma de acentuar la victimización de los israelíes es magnificando las muertes que provocan las “acciones de violencia” de los palestinos contra ellos. Así, si un soldado judío muere, por ejemplo, se muestran a sus padres y hermanos, diciendo todo lo “maravilloso” que el soldado era, el hogar donde vivía, fotos de cuando era niño (allí, supongo que es acción directa de las empresas diseñadoras de imagen estadounidenses, las que justamente así presentan, muy hollywoodescamente a los soldados o policías de EU caídos en el deber)… en fin, se da una “conmovedora” semblanza biográfica, así, de pasada, pero enfatizando en esos momentos el dolor provocado por su muerte. También se hace así con algunas de las víctimas de los atentados suicidas (o se hacía), entrevistando a sus familiares o amigos para que describan el dolor tan terrible que experimentan en ese tormentoso instante.
Sin embargo, la contraparte es que a los palestinos caídos, incluso los que son asesinados por error, nada más se refieren a ellos los medios noticiosos como “tantos muertos dejó un enfrentamiento entre manifestantes y tropas del ejército israelí, las que fueron agredidas por aquéllos con piedras”. Y se dice sólo el número de víctimas, y ya, nada más, los palestinos asesinados, no vale la pena hablar más de ellos en los medios. Ni tampoco los que son asesinados “por error”. Por ejemplo, en una escena del documental, se muestran a cinco niños que por esas fechas murieron cuando caminaban a sus casas y accidentalmente uno de ellos pisó una mina, la que detonó, matándolos a todos en el acto. Un reportera de la BBC (de los contados medios extranjeros que presentan objetivamente las notas, sin manipularlas), entrevista a un jefe policiaco acerca del incidente, de por qué estalla una mina y mata a varios niños, el obeso hombre le dice que porque es una zona “sospechosa” de actividades subversivas palestinas. Ella le replica que no es así, que estuvo en la zona y es completamente civil, aferrándose a lo que ella misma pudo comprobar, a pesar de que el hombre le dice que no es así. Acorralado, éste le dice que entonces es lo que se va a investigar, el por qué había un artefacto explosivo en un área civil, paso de niños palestinos a la escuela. Pero supongo que habrá quedado en eso, pues no hacen nada las autoridades judías por investigar las muertes por “error”, que en todo caso se presentan como “daños colaterales”. En la recientes matanzas que han perpetrado los soldados judíos, como la de finales del año 2008, es totalmente desproporcionado el número de muertos de ambos lados. Entre los israelíes, del total de bajas, 14, once fueron de militares, de los que seis murieron “por error”, alcanzados por las balas de sus compañeros, y sólo tres muertos fueron civiles israelíes. Entre los palestinos, hubo más de mil víctimas, todas de civiles inocentes, alcanzados por los encarnizados bombardeos judíos, lo que da una proporción de 71 muertos palestinos por cada muerto israelí.
Esas frecuentes matanzas que se tratan de minimizar lo más posible, cuentan con la complicidad tácita de EU, permanente aliado incondicional de Israel. Justo en la matanza de diciembre del 2008 referida, a pesar de los cientos de muertos civiles inocentes, el hipócrita presidente estadounidense, Barack Obama, no condenó los ataques, diciendo solamente que esas muertes “eran lamentables”, pero que los palestinos se “lo habían ganado”, por su actitud beligerante (se refería a las acciones de Hamas, el grupo que controla políticamente en la actualidad a la franja de Gaza, considerado por Israel como “terrorista”, y que había realizado algunos lanzamientos de misiles, en respuesta a acciones militares previas judías sin sustento. Ver en este mismo blog mi artículo “El silencio de Obama”).
Y no sólo EU es cómplice incondicional de las permanentes agresiones de Israel a Palestina, sino que incluso le brinda ayuda militar. Cada año, Israel recibe $6000 millones de dólares, de los cuales tres mil son en ayuda directa. De esta cantidad, dos tercios se dedican a la compra de armamento de las empresas estadounidenses (como pueden ver, la industria armamentista es la eterna beneficiada, sobre todo la estadounidense. Ver en este mismo blog mi artículo “Ferias de armas, exhibición de fuerza de la muy lucrativa industria armamentista mundial”). Y de los otros tres mil millones, que son de “ayuda” indirecta, la mitad es para financiar a las industrias militares israelíes. Así que quizá también por dicha “ayuda”, que beneficia sobre todo a los armeros estadounidenses, es que EU continúa apoyando a Israel para que haga de lo que queda de Palestina un enorme campo de concentración (desde 1949, que Israel ha recibido “ayuda” estadounidense, se le han entregado más de cien mil millones de dólares, gracias a los cuales aquel país está apertrechado hasta los dientes, incluso poseyendo varias ojivas nucleares, más de 200, según los cálculos más conservadores, que convierten a su ejército en el cuarto mejor armado del mundo. Ese es el ejército que se emplea contra palestinos armados las más ve las veces de piedras y palos).
Igualmente, EU nunca condena los excesos judíos. Sólo cuando son exhibidos a nivel mundial dichos excesos y prepotencia con la que actúan los soldados judíos, como en nuestros días, gracias al Internet, por ejemplo, son “castigados” aquéllos. Por estas fechas (abril del 2012), un grupo de activistas extranjeros pro palestinos, trataron de viajar, como siempre lo hacen cada año (coincide, generalmente, con el 17 de abril, día mundial del prisionero) a Cisjordania y a Gaza, para manifestarse pacíficamente en contra de la ilegal ocupación judía. Sin embargo, casi todos fueron retenidos en el aeropuerto Ben Gurion, pues el gobierno sabía sus nombres (tenía una lista de ellos) e incluso a muchos, ni siquiera en sus países de origen se les dejó abordar los aviones que los llevarían a Israel (véase la complicidad de tales países y de sus líneas aéreas para hacerle el juego a esas dictatoriales medidas). Los pocos que pudieron pasar, algunos realizaron un tour en bicicletas para protestar pacíficamente, como dije. Sin embargo, hay en Youtube un video que muestra a un salvaje, troglodita “soldado judío” el cual, sin motivo alguno, golpea con su metralleta fuertemente el rostro de un joven activista danés, que no estaba haciendo absolutamente nada que pusiera en peligro al obeso, bruto uniformado. Inmutable, sigue amenazando al resto de perplejos activistas (http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=uL-GmYBNDqY).
Como hasta en la televisión israelí se difundió bastante la nota (debe de haber algunos medios honestos y objetivos), el castigo que se le aplicó al agresivo militar fue la “suspensión”, pero, claro, por presión internacional por tanta difusión y además porque lo hizo contra un extranjero. En ese sentido, ¿cuántas escenas muestra el documental, motivo de este trabajo, de militares judíos agrediendo brutalmente a jóvenes civiles palestinos, sin que se haya hecho algo al respecto? Y así seguirá siendo, por desgracia, esta infame situación.
Sin embargo, tanta prepotencia y autoritario control no puede mantenerse eternamente. Tocando ese punto, resultan interesantes las declaraciones de la señora Talia Sasson, ciudadana israelí que trabajó durante 25 años en la oficina del procurador estatal hasta que renunció en el año 2004. Declara que llegó a ser experta en toda clase de problemas relacionados con Cisjordania. Hace poco fue entrevistada por el periodista David Horovitz, del diario The Times of Israel. “Yo representaba al ejército en la Suprema Corte. Me encargaba de los problemas relativos al muro divisorio, los caminos laterales, la seguridad de las colonias. Yo era la jefa del equipo que debía de aplicar la ley en los israelíes que vivían en los territorios”. Es decir, Sasson es una mujer muy experimentada en los problemas que he estado mencionando, además de que se considera muy patriota y que no está “traicionando” a su país con sus honestas declaraciones, afirma. Pues bien, en ese año, poco antes de que se retirara, le fue encomendado, debido a su experiencia, por el entonces primer ministro Ariel Sharon, que realizara un estudio para ver cuál era la manera más eficaz de resolver el problema de los asentamientos ilegales israelíes en territorio palestino. Eso, porque Sharon estaba siendo muy presionado por EU para que cumpliera una serie de acuerdos para lograr la paz con Palestina, que, en los puntos principales, demandaba la remoción de varias colonias de tierras privadas palestinas, que gobiernos israelíes sucesivos habían mentido que pertenecían a Israel y habían consentido una ilegal colonización.
Sasson entregó un reporte titulado “Sumario de la opinión concerniente a los asentamientos ilegales”, a principios del año 2005. En él, Sasson dejó muy claro cómo sucesivos departamentos gubernamentales, sin autorización expresa, habían dispuesto financiamiento y recursos para la expansión de la presencia judía en Cisjordania, notablemente en decenas de asentamientos que aquellos mismos gobiernos reconocían como ilegales, incluso bajo la propia ley judía. O sea, que no les importó hacerlo. El documento, señala Sasson, fue devastador, y Sharon prometió tomarlo muy en cuenta para tratar de resolver el grave problema que se ha ido gestando con los años, pues de acuerdo con Sasson, implica la existencia misma de Israel, porque está llegando a niveles cada vez menos manejables, por mucha represión militar que se emplee. “Considere usted – le dice Sasson al entrevistador – que en los territorios tomados en 1967 vivían un millón de palestinos. Actualmente viven dos punto cuatro millones, así que los problemas cada vez se agravarán más, pues no es posible seguir con tantas arbitrariedades, so pena de que se buscara su aniquilación total”. Ella recomendó “medidas urgentes” con tal de revertir la situación y eran que el gobierno aplicara la ley en cuanto a los asentamientos ilegales. “Estoy segura que usted tiene el poder para hacerlo”, le escribió a Sharon.
Sasson hubiera pensado, en ese entonces, que su informe, en efecto, se tomaría en cuenta para llegar a un acuerdo de paz, pero no ha sido así y los gobiernos que sucedieron a Sharon han seguido con la misma táctica ilegal de continuar permitiendo asentamientos judíos ilegales, con lo que el problema es cada vez más grave.    
“Yo pienso que los sucesivos primeros ministros que le siguieron a Yitzhak Rabin, han tenido miedo de oponerse a los colonizadores, pues quizá teman que los asesinen, como a él”, agrega Sasson, recordando que Rabin realmente fue el único primer ministro contemporáneo que al firmar los acuerdos de Oslo, quiso poner una solución radical al problema. “Y, ya ve, quién iba a pensar que justo un judío lo iba a asesinar”, le dice con cierto pesar a Horovitz.
Para ella, la única solución posible es mover a los más de cien mil judíos que viven dentro del territorio palestino, trasladarlos a la llamada “barrera de seguridad” y que Israel se concrete a un proceso de paz en el cual israelíes y palestinos vivan cada quien en su territorio, digamos que “amistosamente”. “Si eso no se hace, Israel está condenado a la perdición”, sentencia Sasson, firmemente convencida.                        
Y es que en la situación de arbitraria ocupación militar israelí, incluso la propia autoridad palestina está perdiendo el control de sus representados, al no ver éstos señales claras de arreglo. De hecho, el 17 de abril pasado, Día Mundial del Prisionero, la Autoridad Nacional Palestina, presidida por Mahmoud Abbas, le envío una carta al actual primer ministro israelí, el muy conservador señor Benjamin Netanyahu, en la que afirmó que “como consecuencia de las acciones emprendidas por los sucesivos gobiernos israelíes, la ANP ya no tiene competencia a nivel político, económico, territorial y de seguridad y por tanto la ANP ha perdido ya su razón de ser y de seguir así, será incapaz de cumplir sus compromisos”. Y por ello, insta Abbas a Netanyahu a reanudar las negociaciones de paz con base en las fronteras de 1967.
Pero la prepotente respuesta de Israel a esa desesperada petición es que el 24 de abril otorgó estatus legal a tres colonias judías ilegales, Bruchin, Sansana y Rechelim, existentes en la ocupada Cisjordania, medida de fuerza contraria a los acuerdos del llamado Mapa de Ruta, un frágil plan que busca que Israel desmantele colonias ilegales, sobre todo las que más contribuyen a agravar el añejo conflicto. Y aunque la arbitraria acción mereció la condena enérgica de la ONU y de Europa, así se va a quedar. Pero como advirtió Abbas, llegará el momento en que nada pueda hacer cuando los palestinos, ya sin nada que perder, se revelen masiva y violentamente contra sus opresores.   
El documental que refiero está dedicado a Edward Said (1935-2003), intelectual palestino y estadounidense, que nunca dejó de ser crítico hacia la política de ocupación israelí contra los palestinos y siempre pugnó porque se creara un estado palestino independiente.
Así que a menos que Israel extermine a los más de dos y medio millones de palestinos que viven en los ocupados territorios, de lo que fuera hace tiempo Palestina, las protestas y la resistencia de aquéllos seguirán, a pesar de todas las balas y bombas que Israel use para reprimirlas.

viernes, 6 de abril de 2012

Final de otro sexenio panista: más pobreza, más inseguridad

Final de otro sexenio panista: más pobreza, más inseguridad.

Por Adán Salgado Andrade

Desde la empobrecida ciudad de México. Nos acercamos ya al final de un segundo sexenio panista y hay que resaltar los pésimos resultados que tuvieron este par de fallidas administraciones (la de Vicente Fox, primero, y la actual, de Felipe Calderón) en México, sobre todo porque se trata de un partido que, mientras estuvo a la sombra, criticaba con mucho ahínco lo que los gobiernos priístas, sus antecesores directos, hacían.

El resultado, a casi doce años de que se prometió un “cambio” de políticas económicas, de proyectos sociales, de mayor apertura “democrática”… y un sinfín de incumplidas promesas, es que en este país reinan actualmente los mismos problemas que se prometió combatir, pero varias veces aumentados muchos de ellos. No pretendo hacer con este análisis una defensa del sistema político anterior, igualmente nefasto, corrupto, dictatorial y mafioso (entre otras “cualidades”), pero, como dije, es necesario porque el PAN pretendió presentarse como una verdadera alternativa que, es evidente, no sólo no mejoró muchos negativos aspectos que el monopolio político del PRI provocó por tantos años, sino que han empeorado cuestiones tan esenciales como la economía, la inseguridad o, incluso, la corrupción imperante en esos tiempos priístas, que fue más que rebasada. Baste ver, por ejemplo, los niveles de endeudamiento público a los que se llegó en once años de las administraciones panistas, casi $422,000 millones de dólares, que representan alrededor del 36% del PIB del año pasado, que fue cercano a los 1.18 billones de dólares ($1180000000000). Ese aumento tan brutal representa un 170% con respecto al endeudamiento que existía en el 2000, que era de aproximadamente $252,000 millones de dólares (mdd). Y particularmente en la administración de Calderón, el endeudamiento al que se llegó fue de casi el doble del anterior.

¿En qué se ha reflejado tanto peligroso endeudamiento? Vean, ni siquiera se han realizado inversiones fundamentales, como en PEMEX, que ha sido, digamos, la gallina de los huevos de oro, brindando alrededor de un tercio de los ingresos gubernamentales. No se ha construido una sola nueva refinería, a pesar de que las exportaciones de crudo son de varios cientos de millones de dólares (tan sólo el año pasado fueron de 62600 mdd. En el 2009, el año con más altos ingresos petroleros, las exportaciones fueron de $80640 mdd. Y PEMEX está valuada en $415,750 mdd). Pero, claro, se han hecho suntuosas e inútiles obras, como la llamada “estela de luz”, que de un costo original de 400 millones de pesos, se infló a los 1300 millones, con lo que se pudo bien haber construido un hospital, perfectamente montado con todo lo necesario. Otro ejemplo es la nueva sede del senado, una obra que ha costado casi $2300 millones de pesos. Por si no bastara su alto costo, ese edificio ha resultado con muchos defectos, pues por la corrupción implícita en su edificación, se retrasó su entrega, han estado saliendo todas sus fallas, tales como puertas de vidrio que se quiebran repentinamente, falta de agua, goteras, estacionamientos inadecuados… en fin, refleja, justo, el actuar del gobierno panista corrupto que impulsó su inútil construcción.

Además, claro, de los muy generosos salarios que se paga el gobierno, tanto a sus muy altos mandos, así como a tanto funcionario inútil, que no justifica los cientos de miles de pesos que perciben mensualmente. Por ejemplo, los diputados perciben, con prestaciones y todo, $231,000 pesos mensuales, lo que los convierte en los funcionarios mejor pagados del mundo (en Alemania, por contrastar, ganan los diputados alrededor de $144,300 pesos al mes).

Otro rubro en el que también se ha gastado mucho dinero es en el tal “combate al crimen organizado”, tanto por la adquisición de armas, así como por los sustanciosos sueldos y aumentos salariales que reciben ejército, marina y altos mandos policiales para que desarrollen una tarea que, en lugar de haber hecho de este país un lugar más seguro, todo lo contrario, la criminalidad se ha incrementado a niveles nunca antes vistos, aumentando los delitos de todo tipo, tales como asaltos, secuestros, homicidios (van más de 50,000 muertos, según señalan las cifras más recientes, en lo que va del calderonismo).

Lo descrito se acompaña, además, con las problemáticas sociales que una pésima administración conlleva, tales como alto desempleo, pues alrededor de 3 millones de mexicanos en edad de trabajar carecen de empleo (hablando conservadoramente, pues el INEGI toma como empleados hasta a los franeleros, por ejemplo). Eso ha llevado a que unos 14 millones de mexicanos recurran a la llamada “informalidad laboral” para tener un ingreso que les permita sobrevivir. Pero son tan magros los salarios que obtienen la mayoría de los mexicanos, que alrededor del 60% de la población actual es considerada en el nivel de pobreza o pobreza extrema (y no sólo las así llamadas clases bajas están resultando afectadas, sino incluso la media, como más adelante analizo). En contraste, cada vez hay más ricos, pues resulta que de las cuentas que se manejan en el mercado de dinero, o sea, la Bolsa Mexicana de Valores, 199694 (de igual número de individuos, un 0.17% de la población total) concentran una riqueza equivalente a 42.5% del PIB del año pasado, o sea, unos 464,000 millones de dólares. Es decir, se ha llegado a una impresionante hiperconcentración de la riqueza, contrastando con el aumento de los millones de pobres, muchos de los cuales ni siquiera tienen asegurada la comida de cada día que transcurre.

Por otro lado, en rubros tan importantes como la producción agrícola, tampoco este fallido gobierno ha hecho algo por impulsar y aumentar ese estratégico e importante rubro. Han aumentado dramáticamente las importaciones de alimentos, a grado tal que son más de mil millones de dólares mensuales en promedio los que se requieren para comprar alimentos, granos, sobre todo. En los once años que lleva mal administrando el panismo, se han gastado más de $87000 mdd sólo para importar alimentos, pues no se ha diseñado, a la fecha, un plan que realmente levante al campo y logre aumentar la muy necesaria producción alimentaria (con eso de que algún estúpido secretario del ramo declaró que era más barato importar maíz que sembrarlo, véanse las consecuencias). Además, la indiscriminada apertura comercial en el sector agropecuario con EU, empeoró la situación, pues no se puede competir con un país que subsidia fuertemente a sus agricultores (ver en este mismo blog mi artículo “Apertura total del TLC al agro mexicano… o de cómo se sigue matando al campo en México).

Y a lo descrito, hay que sumar, por si no bastara, la actual debacle económica, que inició en el 2008, teniendo como epicentro a EU, en donde la incontrolada desregulación económica, el estallido de la burbuja inmobiliaria en EU, así como el excesivo endeudamiento, fueron factores que se combinaron para desatar una crisis tan severa, que ya se considera igual o peor que la crisis del año 1929 (ver en este mismo blog mi artículos: “La crisis de los créditos en Estados Unidos: la consecuencia de gobernarse por índices” y “El convenenciero capitalismo salvaje”, en los cuales explico cómo dichos factores fueron los detonantes de los actuales, muy graves problemas económicos, que están afectando a millones de personas por todo el mundo). Y, claro, cuando suceden fenómenos recesivos como el que actualmente estamos viviendo, que ha hecho quebrar incluso a países enteros, como el caso de Grecia (ver en este mismo blog mi artículo: “El capitalismo salvaje lleva a la quiebra a países y provoca catástrofes ecológicas”), sus efectos perduran por muchos años. Por estos días, el Banco Mundial (institución financiera mimetizada como desarrollista, pero que, en realidad, está muy al servicio de los intereses estadounidenses), ha declarado que los efectos de las crisis, como la actual, duran más de diez años, aunque de todos modos no se llega, una vez que se “superan” los problemas, a los niveles que se tenían al inicio. Así que, de acuerdo con ello, si bien nos va, por allí del 2019, estaremos “superando” los devastadores efectos que en todo el mundo, especialmente entre las clases trabajadoras, está teniendo la crisis actual (hay que ver, por ejemplo, que las draconianas medidas de austeridad impuestas a sangre y macanazos policíacos en Grecia, además de no resolver en realidad nada, más que pagarles a los acreedores, supone un fuerte retroceso, pues factores como el nivel de vida de la población, así como su capacidad de consumo se verán afectados por muchos años, resultando peor el “remedio” que la enfermedad).

Y en el caso de México, basta realizar encuestas entre la población, para ver que, en efecto, el nivel de la economía ha sufrido fuertes estragos, sobre todo en la así llamada y casi inexistente “clase media”. Pero, además, una perniciosa consecuencia adicional es que la precariedad económica lleva a una acelerada descomposición social, dado que los sectores sociales aún más vulnerables (las así llamadas “clases bajas”, que todos vamos hacia allá), harán lo que sea, con tal de sobrevivir en medio de este salvaje sistema de “sálvese quien pueda” (ver en este mismo blog mi artículo “Sorteando la crisis”). Y dicha descomposición social conduce al aumento de actividades criminales y delincuenciales, como sucede actualmente en el país, lo que se ha visto reflejado en un importante incremento de la inseguridad, que también recogen las encuestas que a continuación expongo (agradezco a la señorita Vianey Riego del Valle y a los estudiantes de sociología del segundo semestre de la FES Aragón por el estudio realizado, en que baso este análisis).

La encuesta realizada se dividió en una parte social y en una parte económica. Comienzo analizando la parte económica.

Pues bien, en el estudio económico de la muestra estudiada, se obtuvo un ingreso promedio de apenas $9906 pesos, debiendo de trabajar en la mayoría de las familias, 70%, al menos dos personas por hogar encuestado (el promedio obtenido equivale aproximadamente a $330 pesos por día, alrededor de 5.5 salarios mínimos, lo cual concuerda con las cifras oficiales dadas recientemente, en las que se indica que el 85% de los trabajadores gana cuando mucho cinco salarios mínimos. Pero de éstos, alrededor de 63% perciben cuando mucho 3 salarios mínimos. El resto, lo que podría considerarse como “clase media”, un 22%, tiene sueldos de cuando mucho cinco salarios mínimos, como reportó nuestra muestra. Se tuvieron algunos salarios extraordinarios, de hasta $25,000 pesos mensuales, sólo en un 9.3% de los casos. Y arriba del promedio obtenido, únicamente está el 32% de las personas encuestadas, las que obtienen entre $10 y $15 mil pesos por mes. Como se ve, en general, no son realmente altos los ingresos).

Así pues, es difícil vivir sólo con un salario, y en los pocos hogares en que es así, es porque se trata de un sueldo relativamente alto (12.5%). En otros, en donde el ingreso es bajo, es porque recientemente perdió el empleo alguno (o algunos) de los miembros del hogar o no han podido conseguir uno, con lo que el deterioro económico es mayor que hace cinco años, cuando se realizó una investigación similar. Además, estamos hablando de hogares con pocos integrantes, de cuatro en promedio, y aún así se nota la afectación en el nivel de vida. Por otro lado, casi un 85% señalaron poseer casa propia, comprada hace años, lo que en esas familias implicaría cierta, digamos, “estabilidad”, pues al no tener que pagar renta, se tiene una relativa menor presión económica. Pagan renta un 22%, siendo relativamente baja, de $3 mil pesos en promedio (manifestaron que no pueden pagar más de esa cantidad).

Y si revisamos algunas de las comodidades que la “clase media” solía tener en el pasado reciente, también allí se refleja la disminución en su nivel de confort. Así, sólo un 30% manifestaron tener línea telefónica, lo cual indicaría la decreciente tendencia que está teniendo ese servicio, tanto por la crisis, como, además, por el creciente uso de celulares, que casi el 97% declaró poseer al menos uno, de tarjeta prepagada (y es porque resulta más barato, pues aunque no se tenga crédito, mientras el número esté activo, se pueden recibir llamadas o mensajes). Sólo 23% manifestaron poseer televisión de paga, lo cual también es indicativo de que ese relativamente reciente servicio, ya tampoco es tan popular (también porque el Internet ofrece opciones digamos que televisivas, como Youtube u otros sitios especializados).

Apenas un 15.4% dijeron tener computadora, lo que podría explicarse, además de la crisis, porque este instrumento tiende a ser sustituido por otras tecnologías, sobre todo porque el uso de las computadoras se está limitando mucho a interaccionar en las redes sociales, tales como el Facebook o a bajar contenido de la red, tal como música, fotos o videos y eso puede hacerse con dispositivos como los smart phones y últimamente los ipads (tabletas), que tienden a popularizarse (bueno, entre los sectores que aún pueden adquirirlos. Aunque como muchos compran a crédito, sí se ha incrementado su uso). Sin embargo, sólo 7.7% poseen Internet en casa, es decir, se está dando la creciente tendencia de que por el costo, muchos prefieren acudir a lugares en donde el uso de la red sea gratuito o en donde se puedan “robar” la señal (otro signo más de las actividades digamos que “ilegales” que se están dando por la crisis, pues muchos de esos dispositivos cuentan con rastreadores de señal y sus claves). Sin embargo, un fuerte signo de decadencia económica es que únicamente 3% declararon tener auto de modelo reciente, de cuatro años para acá. Me parece que este rubro sería uno de los más fuertes indicadores de la precariedad a la que está llegando la “clase media”, la que en los viejos tiempos era la que más consumía autos nuevos en comparación con la “clase alta” (baste recordar que antes, los aguinaldos servían para dar el enganche de un nuevo auto, incluso para pagarlo casi por completo. Ahora, los aguinaldos, excepto los de los funcionarios, senadores y diputados, sirven en su mayoría sólo para pagar deudas). Y esta fuerte baja en el consumo de autos nuevos se constata con la cifra que se tiene en cuanto a las ventas de vehículos de agencia en el 2011, que fue de poco más de 900 mil unidades, siendo la mayoría modelos digamos que económicos o de precio medio.

Bien, pero en el estudio se midieron, además de los satisfactores anteriores, lo que se gasta en muy importantes rubros como la alimentación, el transporte y en la educación. Así, se gastan en promedio $3470 pesos mensuales en alimentación, lo que significa que un 35% aproximadamente del salario se va en ese muy importante satisfactor. Claro, si de por sí los alimentos tienden a subir mundialmente, en este país es más acentuada su carestía, debido a que por las equivocadas políticas a las que aludo arriba, cada vez importamos más y más alimentos. Eso se refleja, pues, en el dinero que se emplea para adquirirlos.

Otro rubro que se lleva una buena parte de los ingresos es el del transporte, que en esta ciudad de México, cada vez más anárquicamente extensa, implica, además, en muchos casos, más de hora y media de traslado desde el hogar al centro de estudio o de trabajo. En el caso de la muestra estudiada se obtuvo un promedio de $1571pesos, que representan 15.8% del salario promedio, o sea, casi una sexta parte se va en pagar transporte. Como dije, eso concuerda con la realidad, pues algunos de los encuestados manifestaron gastar hasta cien pesos por día, dado que el transporte es cada vez más costoso (e ineficiente, por si no bastara). Un tercer rubro en importancia es el de los gastos educativos, o sea, lo que implica estar en la escuela, a pesar de que se estudie en un plantel público, pues eso implica gastos como el material requerido (libros, cuadernos, copias, cuotas), así como los consumos extras, tales como alguna bebida o alimento y aquéllos necesarios. Aquí, el promedio fue de $1040 pesos, o sea, un 10.4% del ingreso. Como dije, eso gracias a que en la encuesta los estudiantes acuden a planteles públicos y por eso continúan estudiando. De hecho, el que muchos jóvenes no puedan ingresar a alguna institución de educación media o superior, es factor para que la mayoría no puedan ya continuar sus estudios y decidan trabajar, por ejemplo, si es que tienen suerte y pueden conseguir un empleo (de lo contrario, se convierten en el creciente sector de jóvenes que ni estudian y ni trabajan, los despectivamente llamados ninis, que en el país se calcula que hay más de siete millones en esa situación). En cuanto a los gastos de salud, en la muestra son bajos, $415 pesos, probablemente porque se cuente con algún servicio público de salud, pero también porque la mayoría de la gente busca alternativas baratas para curarse, como los consultorios populares, y medicamentos de los llamados genéricos, que son menos costosos que los de “marca”. Eso no quiere decir que la población sea saludable, no, al contrario, los servicios de salud públicos, cada vez se saturan más, a pesar de ser muy deficientes, pues la mayoría de la población al carecer de ingresos suficientes para curarse cuando se enferma, debe recurrir a ellos, aún a sabiendas de que es en general malo el servicio que prestan (simplemente, cuando se requiere un estudio especializado, digamos, para determinar si un tumor es canceroso, se le da al paciente consulta a veces hasta dentro de tres meses. Imaginen, si se trata de una emergencia, quizá ya para entonces esa persona haya fallecido. Ver en este mismo blog mi artículo “Los deficientes servicios públicos mexicanos de salud: el caso ISSSTE”).

Otros rubros, tales como los gastos en cultura o en recreación, son bajos, pues además de que no se consideran en estos tiempos de crisis digamos que prioritarios, en especial el de la cultura tampoco es algo que se acostumbre (me refiero a los gastos que se destinan a rubros tales como obras de buen teatro, cine de arte, museos, exposiciones, libros, videos, principalmente. Es bajísimo el consumo cultural en México). En este caso, la cultura reportó un gasto promedio mensual de apenas $361 pesos.

La recreación, que, ésa sí, está más extendida, igualmente reportó un gasto bajo, $450 pesos, indicativo de la creciente precariedad económica.

También se midió el crédito, ya que su generalización es otra señal de que la crisis está pegando. Así, casi un 40% están solventando algún tipo de crédito, sobre todo de tarjetas de crédito, y en promedio se pagan alrededor de $2100 pesos. La contraparte es que algunos ahorran, 37% de la muestra, pero el promedio obtenido fue de apenas $800 pesos al mes, o sea, que en la mayoría de los casos, las familias viven al día y por eso es que han tenido gran auge los prestamistas y casas de empeño, quienes prestan dinero, cobrando leoninos intereses, de 6% o más al mes. Y millones no tienen otra alternativa que aceptar, con el riesgo de perder la mayoría de las veces el bien dejado en prenda (la casa, incluso, si el préstamo fue, por ejemplo, bancario, y se dejó la propiedad como “garantía”).

Ahora bien, tal precariedad imperante en la mayoría de la sociedad mexicana, como señalo antes, es uno de los factores que ha dado lugar a la descomposición social, la que se manifiesta, sobre todo, en un incremento paralelo de actividades ilícitas, dado que también se han cerrado bastante las oportunidades de empleo (según estadísticas recientes, tan solo en la ciudad de México hay 250,000 personas desempleadas, pero un 70% tienen como nivel de estudios de la preparatoria hacia arriba y un buen número cuenta con maestría o doctorado. Es decir, que la circunstancia de que a mayor preparación, mayor oportunidad de conseguir un empleo, está dejando de ser una realidad, constituyendo un fuerte motivo de frustración entre la gente que se ha esforzado por estudiar, pues sus empeños no tienen recompensa alguna. De hecho, están bajando las solicitudes para estudiar maestrías o doctorados, sobre todo si no se dan incentivos económicos para hacerlo, como becas).

Por esa razón es que muchos jóvenes, principalmente, son los que se suman a las filas de la delincuencia y del así llamado “crimen organizado”, siendo también los que mayor población constituyen en las saturadísimas prisiones mexicanas, pues alrededor de un 70% de los internos tienen entre 16 y 25 años de edad.

Y la inseguridad que ocasiona el alarmante aumento de la delincuencia se refleja también en la vida diaria, como reveló la encuesta.

Así, casi un 47% de los encuestados manifestaron como principal problema en su vida diaria la inseguridad, por encima de cuestiones tales como transporte malo o deficientes servicios públicos, lo que indica cómo ha fallado totalmente la estrategia gubernamental para el “combate a la delincuencia” (ver en este mismo blog mi artículo “La fracasada lucha panista en contra del crimen organizado). Esto se entiende, además de por la precariedad económica mencionada, porque también han ido cambiando los tipos de delitos, muchos de los cuales la tecnología actual ha ido facilitando o porque, simplemente, los delincuentes, en vista de que el gobierno se especializa más en “combatir” al narcotráfico, se han enfocado en realizar delitos digamos que más fáciles, tales como la extorsión o el secuestro, como veremos más adelante.

Por ese motivo, la inseguridad, en la muestra, casi un 47% manifestaron que sus actividades cotidianas se han visto afectadas en algún nivel. Así, muchos ya no pueden pasar por una calle determinada porque hay delincuentes o grupos de personas que les “piden” dinero o son asaltados constantemente en el transporte y problemas así. Por tanto, cabe preguntarse, ¿¡es esa la seguridad que prometió Felipe Calderón que dejaría!?

Pero, además, la cifra de los que han sufrido algún tipo de delito es alarmantemente alta, ya que un 87.5% de los encuestados afirmaron estar en esa situación. Y el tipo de delitos que han experimentado es diverso, indicativo de que la delincuencia “organizada” ya no se conforma sólo con los asaltos de antaño pues, como señalo arriba, ha preferido realizar actividades que no impliquen, por ejemplo, venta de droga, asalto a bancos o tráfico de personas, que aunque muy lucrativos delitos aún, podríamos decir que se han complicado en algo, no tanto por la “guerra” del gobierno en contra de ellos, sino que por tal guerra, el “crimen organizado” ha tendido a enfrentarse entre sí, en la lucha por el control de, por ejemplo, las zonas donde se distribuyen estupefacientes.

De esta forma, los encuestados han sufrido delitos como robo en calle (con violencia las más de las veces), 43.4%. Casi un 17% sufre cotidianamente robo en el transporte público (sobre todo, aquellos que se desplazan dentro del Estado de México), lo que implica un estrés constante de a ver a qué horas y quién es el asaltante. En sus casas han sido robados 9.43% (sigue siendo, por desgracia, asaltar casas, una constante desde hace años), lo que ocasiona traumáticas secuelas psicológicas, difíciles de superar (claro, pues se considera al hogar como el sitio más seguro). El secuestro, que tiende a extenderse, se manifestó en el 3.8% de los casos, sobre todo el denominado secuestro exprés, que consiste en que la víctima es amagada por un hampón que se hace pasar generalmente por taxista y le pide todas sus pertenencias y en caso de que tenga una tarjeta de débito o de crédito, la obliga a acudir a cajeros para sacar el mayor efectivo posible. Y ya luego la deja libre, so pena de que si voltea a verlo o lo denuncia la matará. Los aterrorizados “pasajeros” hacen todo lo que les digan, con tal de salir vivos de esa terrible, infame experiencia. La extorsión policiaca, practicada por delincuentes con uniforme o placas de judiciales (me refiero a policías “de verdad”, no a impostores), también es frecuente, manifestada también por 3.8% de los encuestados (este es otro crónico problema, la existencia de una corrupta, delincuencial “policía”). Y un 2%, manifestó haber recibido llamadas telefónicas tratando de extorsionarlos, sobre todo diciéndoles que tenían secuestrado a un familiar y que si no pagaban determinada cantidad de dinero, lo asesinarían. En todos los casos se trató, por fortuna, sólo de una atemorizante mentira.

Finalmente, agresión física, producto de algún asalto violento, han sufrido 5.7% en la muestra, lo que evidencia que ahora la criminalidad se acompaña de una alarmante sociopatía que no lleva a los delincuentes a conformarse sólo con asaltar a alguien, una mujer, digamos, sino que en muchos casos aquélla es violada o asesinada en el más desalmado de los casos.

Así que, como puede verse, en efecto, la inseguridad es ya endémica, agudizada tanto por la ineptitud de los actuales corruptos, ineptos tecnócratas en el poder, así como porque en el capitalismo salvaje, las ciudades se han convertido en selvas de concreto en las que priva la deshumanizada, individualista, egoísta máxima de “sálvese quien pueda” (acompañado ello de una lamentable insensibilidad, manifestada en cosas tan simples como jóvenes que no dan el asiento en el transporte a damas embarazadas o personas de la tercera edad, enfrentamientos físicos o verbales por cualquier cosa entre peatones o entre automovilistas y otros signos de la falta de verdaderos valores humanos, tales como la compasión, la solidaridad, la amistad, la sensibilidad, el cuidado de la naturaleza… entre otros. La gente tiende cada vez más y más a comportarse como simples autómatas consumistas, condición extremadamente ideal para este materialista sistema).

Y doy dos ejemplos concretos de cómo los delincuentes han preferido dedicarse a practicar otros delitos que no tienen que ver con tráfico de drogas, de personas o asaltos bancarios, por ejemplo, que hace algunos años, sobre todo éstos últimos, eran frecuentes. Las víctimas, en todo caso, son ciudadanos comunes, a merced de grupos criminales o simples individuos, para los que el sistema “legal” que supuestamente está para defenderlos, es incapaz o, ¡peor aún!, está ligado con dichos delincuentes, así que es inútil cualquier tipo de denuncia que, en todo caso, muchas veces resulta contraproducente, pues dichos criminales se desquitan con algunos de los denunciantes asesinándolos. Y por eso persiste el que los ciudadanos agraviados prefieran no denunciar, porque pocas veces sirve de algo, además de que, como dije, arriesgan sus vidas. Es realmente vergonzosa e infame esa situación, cosa que los estúpidos tecnócratas que detentan actualmente el poder no viven y por ello no les interesa resolver en lo más mínimo, pues muchos tienen guardaespaldas y circulan en sus autos blindados (además, una población atemorizada es más fácil de dominar).

El primer ejemplo que comento es el de Adela, estudiante de 25 años (no es su verdadero nombre). Hace poco abordó un taxi, dentro del Estado de México. Habiéndole indicado a dónde se dirigía, el supuesto conductor asintió. Todo iba bien hasta llegar a una avenida en la cual, en lugar de dar vuelta el taxista hacia el rumbo correcto, la dio al contrario. Desde allí, Adela se alarmó. Para confirmar que el tipo tenía malas intenciones, éste le soltó lo de “¡Ya valió madres, así que ni te pongas pendeja porque te mueres, cabrona!”. Luego, el delincuente se internó por unas callejuelas desconocidas para Adela y que por la mañanera hora aún estaban obscuras (el impuesto, absurdo, financierista “horario de verano”, inútil en nuestra situación geográfica, que mantiene a obscuras la ciudad hasta pasadas las siete de la mañana casi todo el año, ha contribuido al incremento de los delitos a tempranas horas). Allí, el sujeto le pidió todo cuanto llevaba, incluyendo su mochila, su celular, su monedero… todo. “¡No me dejó nada el desgraciado!”, dice Adela, resignada, pues confiesa que es la tercera vez que sufre un asalto. “Aunque, pues dentro de todo, he tenido suerte, porque no pasa de que me quiten las cosas”, como el “taxista” impostor, quien incluso, consumado el robo, tuvo el cinismo de exclamar “¡Cuidado!... ¿te lastimaste?”, dado que Adela, al salir del auto, tropezó y cayó de rodillas. “Sí, así de cínico ese tipo”, sonríe Adela. Pero, en efecto, corrió con suerte, pues, comentamos, a cuántas mujeres que sufren asaltos similares, las violan y muy lamentablemente algunas son asesinadas con saña, luego de ese asalto sexual (cientos de mujeres son asesinadas cada año en México, ¡otra cifra más que la “guerra contra el crimen organizado” emprendida por Calderón no ha logrado abatir!). Desde entonces, Adela ha tomado como “solución”, la de abordar solamente taxis “seguros”, que son aquellos que salen de una base, además de asegurarse de detalles como el que el auto tenga a la vista el tarjetón del conductor y que éste corresponda al que maneja. “Sí, la verdad es que aprendes a cuidarte”, concluye Adela. En efecto, se aprende a cuidarse y a sobrevivir en medio de esta anarquía social.

El otro ejemplo que doy es aún más grave y es de los casos en que es clara una complicidad con las corruptas autoridades judiciales y policiales. Platico con Sonia (no es su verdadero nombre), quien trabaja como mesera en un bar (antro, como se les llama aquí), en el Estado de México. El negocio es de unos parientes. Me dice que ya llevan varios años y que aunque ha sido lucrativo, con los años han debido de sortear una serie de obstáculos que sólo por su empeño y porque no viven mal de lo que ganan, han ido superando. “Mira, lo que pasa es que no se gana mal. En fines de semanas buenos, entran hasta ochenta y cinco, noventa mil pesos… pero a eso le debes de descontar sueldos, la bebida, la comida, la renta, los impuestos… y te vienen quedando libres como treinta mil pesos”, dice Sonia, reflexionando en las cifras. Tan sólo de renta pagan actualmente $46 mil pesos al mes. De salarios, con seis empleados, de a mil quinientos cada uno por semana, son casi cuarenta mil pesos. Y bebidas y alimentos, también alrededor de diez mil pesos semanales. “Pero, mira, además de esos gastos, debemos de pagar por seguridad”. Intrigado, le cuestiono sobre eso. “Sí, lo que pasa es que todos los antros, hasta donde sé, deben de pagar a gente que dicen que son de la Familia – se refiere Sonia al grupo criminal identificado como La Familia Michoacana, especializado, además de la venta de drogas, en secuestros, venta de seguridad y otros delitos –, que porque como te dicen que ganas mucho vendiendo alcohol, pues que le tienes que entrar, si no quieres que te pase algo o te quemen el local”. Ya había yo oído de ese cada vez más generalizado delito, pero nunca tan de viva voz, como lo narra Sonia. “Sí, y nosotros le tenemos que entrar con ¡tres mil quinientos pesos!”. “¿¡Al mes,!?”, inquiero. “¡No!… ¿¡cómo crees!?... ¡eso es a la semana!”. No dejo de mirarla por un buen rato, estupefacto por la revelación. “¿¡Entonces, pagan catorce mil pesos mensuales por seguridad!?”, exclamo. Sonia asiente, resignada. “Sí, y nos subieron hace poco la cuota, porque antes eran mil ochocientos a la semana. Y es peor si no pagas. A un amigo que se negó a pagar cuando abrió su bar, como al mes, fueron a dispararle. Le quemaron el local y mataron a un cliente”, agrega. Eso me recuerda las escenas de las cintas estadounidenses de los gánsteres de los años treinta del siglo pasado, los que, en efecto, vendían seguridad, y todo aquel que se oponía era asesinado y su negocio incendiado. Como dije antes, ya había yo escuchado de ese tipo de extorsión, en muchas partes, pero no tan cerca, digamos, sobre todo porque son zonas aledañas al Distrito Federal que, se supone, es actualmente de las zonas “más seguras” (con todo lo que implica más seguras, que, en este caso, significa que hay menos delitos). Y tampoco imaginaba que esa extorsión fuera realizada tan flagrantemente, sin que ninguna autoridad hiciera algo al respecto. “¿¡Pero, entonces, qué, qué sucede si no pagan!?”, insisto. “¡No... pues pagas o pagas, porque si no, te hacen algo o a tu negocio! Fíjate, nosotros tuvimos que cerrar dos meses porque tuvimos problemas con unos permisos. Cuando reabrimos, llegaron diciéndonos que les debíamos dos meses, a pesar de que les aclaramos que no había sido por nuestra culpa que tuvimos que cerrar. Nos dijeron que ese no era su problema, que les pagábamos o que ya sabíamos. Y mejor les pagamos”. “¿¡Y entonces, qué, no, para eso, están las supuestas autoridades, los policías!?”, pretendo reclamar, anonadado. Sonia sonríe, irónica. “Mira, las autoridades se hacen patos, están de acuerdo. Sospechamos de un comandante de la judicial… pero como no lo puedes probar, pues ni caso te hacen. Además de que te arriesgas a que ellos mismos les den el pitazo de que andas de llorón y te maten”, agrega fríamente Sonia. “Y las patrullas, sólo se asoman cuando cerramos, para ver a quién agarran borracho o con un vaso en la mano y a ver cuánto le pueden robar”, asiente Sonia, con una mirada de impotencia y de resignación.

Le agradezco a Sonia su información, compartiendo su impotencia y su resignada actitud de pues qué se le va a hacer.

Y me alejo del lugar, sin dejar de pensar en aquel hollywoodesco lejano oeste, en que los rancheros ricos, ladrones de ganado y tramposos, acompañados de sus pistoleros, eran los que mandaban en los condados, y los sheriffs se escondían en sus oficinas o eran sus cómplices.

Y pues, en eso, en una mezcla de salvaje, lejano oeste, y gánsteres impunes, se ha convertido a este sufrido país, víctima de grupos de poder, “guerra al narcotráfico”, deshonestidad y delincuencia policíaca, oportunismo electoral, “crimen organizado”, deshumanización y, sobre todo, corrupción e ineptitud de la mafia política que detenta el mando.

Contacto: studillac@hotmail.com