sábado, 16 de junio de 2012

Así está golpeando la crisis en una familia española


Así está golpeando la crisis en una familia española
por Adán Salgado Andrade

Virtualmente, desde Valencia, España. Hace casi ya seis años que visité España. Estuve en Riba-roja, un poblado cercano a Valencia, pintoresco lugar en donde sus habitantes dejan muy claro al visitante que antes que ser españoles, son valencianos y que el idioma, digamos que oficial, no declarado, es el valenciano, o sea, el catalán, con algunas ligeras variantes. En muchas ocasiones, en ese entonces, me tocó estar junto a grupos de amigos que hablaban entre sí en catalán, mostrando mucho orgullo al hacerlo. Quizá quienes menos españoles se crean y son más radicales en muchos aspectos, sean los que habitan el País Vasco, en donde el idioma oficial es el euskera. Justo es la región española que menos se siente eso, española (es allí en donde se originó el ETA. De hecho, incluso, los mismos valencianos reconocen que los vascos son, en verdad, muy distintos. El mismo euskera, ni siquiera es lengua romance, como el catalán. “¡No les entiendes nada!”, me decían mis amigos en esa ocasión).
Comento todo esto porque en aquel entonces me percaté de ello y me quedó claro que, en todo caso, lo más español está al centro del país, sobre todo en Madrid, capital y cuartel de los poderes fácticos de España. Allí está la casa real, así como la sede de la presidencia, la actual del conservador Mariano Rajoy, que además está mostrando su lado muy fascista, recordando, al decir de muchos españoles, nada menos que al mismísimo Francisco Franco, ese dictador de nefasta memoria.
Y precisamente las dictatoriales, draconianas medidas de “ajustes” económicos impuestas por Rajoy, han logrado unificar como nunca antes a todos los españoles, independientemente de sus diferencias regionales, pues aquéllas están golpeando duramente la economía y el bienestar de la mayoría de la población y está ocasionando un empeoramiento de las cosas, pues de ninguna manera la férrea austeridad económica aplicada por Rajoy, las mejorará. El servil Rajoy, simplemente sigue las exigencias eurocentristas, sobre todo de Alemania, país que piensa que así, empobreciendo más aun a los países en crisis, ésta se “resolverá”.
Y es al contrario, pues de acuerdo con la propia experiencia de países como México, se produce un severo retroceso económico, de muchos años, y la “recuperación” ni siquiera llega a los niveles anteriores, sino que empeora las cosas. La aplicación de la austeridad en el gasto público, o sea, recortes en todo, sea esencial o no (Rajoy está recortando el presupuesto en salud, educación, bienestar social y en otros conceptos), dureza fiscal, es decir, aumentar impuestos o crear más (ya incrementó impuestos y los precios de varios servicios públicos), topes salariales, despidos laborales (como la ley que facilita los despidos y que incluso baja o anula las compensaciones que una empresa paga a quien despida, a pesar de que sea injustificadamente), todo lo anterior, constituye una forma brutal de desestimular la actividad económica, lo que, entre otras consecuencias, reduce bastante el consumo, absurdo, pues el capitalismo, para salir de la crisis, necesita que todo mundo compre. Pero se piensa en la eurozona que la aplicación drástica de medidas de austeridad lo logrará, “superar la crisis”, acompañado eso de medidas que golpeen severamente a la clase trabajadora, todo en favor de las corporaciones y las empresas, a las que la nueva fascista legislación laboral de Rajoy, les está dando facilidades increíbles para no sólo reducir los salarios de los trabajadores, sino que se les pueda despedir muy fácilmente, sin que puedan ejercer éstos ninguna acción legal.
Por ejemplo, antes un empleado podía ausentarse de su trabajo hasta por veinte días. Ahora, son más que suficientes nueve para dar de baja al trabajador, aun cuando se trate de una enfermedad o una lesión. Y es de comprenderse que, digamos, una luxación o, peor, una fractura, ameritan, incluso, no veinte días, sino meses. Y aunque el trabajador demuestre que no está capacitado para ir a trabajar, la empresa lo despedirá.
Otra arbitraria causal para despedir a alguien, es que si la empresa está ganando menos dinero durante tres semestres consecutivos, lo puede hacer. Antes, eso sólo se hacía si la empresa tenía pérdidas, o sea, no vendiera nada, pero hoy, el fascista Rajoy permite que lo haga si no le está “yendo muy bien”. Incluso, habrá reducción por el mismo motivo, pues antes que nada está la “salud” de la empresa. Y si sus ganancias bajan, también bajarán las del empleado, pues hasta el Estatuto del Trabajador se modificó. Éste, era una especie de blindaje contra los cambios no previstos que la empresa quisiera imponer. Ahora no, pues ya cualquier compañía puede disminuir el salario, aumentar la jornada laboral, quitar vacaciones… lo que sea, con tal de que esos “ajustes” la lleven a ser “más competitiva” (esto significa que la empresa puede alegar que la disminución salarial es porque requiere bajar sus precios y para ello, se necesita bajar sus costos, como los salarios. O sea, se incrementa aún más la explotación laboral). Y es que el problema es la baja competitividad que tienen la mayoría de los procesos industriales españoles. Las jornadas laborales son realmente mayores de 40 horas, pues hay que agregar las forzosas “horas extras”, y de todos modos es baja la productividad (es decir, sus instrumentos y procesos de trabajo no son tan productivos como, por ejemplo, los alemanes o los franceses y por lo mismo son forzosas jornadas laborales más largas, para que el obrero rinda más. Esto puede entenderse mejor, simplemente, si supusiéramos que si un obrero alemán que elaborara inyectores automotrices rinde, digamos, 100 piezas por día, el obrero español rendiría 70. Las piezas alemanas serían, además, más baratas, en tanto que las españolas serían más caras. Por eso, como señalo más adelante, los tratados de “libre comercio” benefician realmente sólo a los países que más producen, los más competitivos). Y esa baja eficiencia industrial ha ocasionado que actualmente en España su producción manufacturera sólo sea del 15% de sus actividades económicas (la consecuencia es que suben las importaciones y bajan las exportaciones, ocasionando un mayor endeudamiento, debido al déficit comercial. Por ejemplo, las importaciones baratas de productos chinos se han incrementado muchísimo, y es uno de los signos actuales de la debilidad industrial, no sólo de España, sino de cualquier país. Vean que eso ha sucedido en EU, que también ha reducido bastante su producción manufacturera).
Y eso, la baja competencia, es también un reflejo de la calidad educativa española, ya que a pesar de ser el país que más horas lectivas requiere en sus escuelas, es el país que más fracaso escolar tiene de Europa, es decir, la cantidad no está reflejando calidad. Y dentro del fracaso escolar, resulta que el País Valenciano es el que tiene el más alto índice de toda España. Así que para pensarse esa grave situación, que ahora, con los brutales recortes a la educación, entre otras cosas fundamentales, seguramente empeorará aun más el desempeño escolar de todo el país (y de hecho, de acuerdo al testimonio que me fue ofrecido, que más adelante abordo, ya hay muchos niños que no podrán ser inscritos en los niveles básicos ¡por falta de escuelas!). 
Y volviendo a las reformas laborales impuestas por el fascista Rajoy, lo más surrealista de toda esta suerte de paraíso empresarial que se ha creado, es que ahora será el propio trabajador, en caso de ser despedido, quien deba demostrar la improcedencia de tal despido, pues para la empresa, con esas draconianas modificaciones, todos los despidos serán procedentes. Y si se decide a hacerlo, tendría aquél, el trabajador, que pagar de su bolsillo al abogado, todos los gastos asociados, enfrentar el largo juicio… quizá tanto gasto excediera al final la indemnización que pudiera obtener, por lo que no muchos se arriesgan a demandar. Y, claro, con esas arbitrariedades legaloides, los que más trabajo están teniendo en este momento son los abogados (cómo ven, nunca falta el insensato oportunismo, que de todo siempre saca muy buen provecho). 
Además, ya no hay tampoco incentivos para que las empresas contraten a mujeres que hayan estado embarazadas, pues antes, el gobierno exentaba un porcentaje de los impuestos que la empresa que lo hacía, más por conveniencia, que por humanitarismo, debía de pagar por seguridad social, que ascendía a €1200 euros anuales, 100 al mes, hasta por cuatro años. Pero, ahora, ya no.
Y aunque aún se tiene derecho al pago por el paro, o sea, una especie de salario que se da si se pierde el trabajo, el gobierno ya puede obligar a las personas que reciben ese muy reducido dinero a que lo “desquiten”, trabajando gratis para las empresas, lo que impediría que esos desempleados pudieran buscar trabajo. Pero hay que aclarar que el pago por paro es un beneficio limitado, que se adquiere de acuerdo con los años laborados. Así, por cada año trabajado, se tiene derecho a cuatro meses de pago por paro, hasta un máximo de 24, es decir, el equivalente a seis años continuos de labor, y aunque se trabajen más años, sólo se tiene derecho a esos meses. Pero además, los seis años deben de ser continuos, o sea, no deben de interrumpirse para otorgar los 24 meses. En caso de perder el empleo, digamos, a los cuatro años, pero que al poco tiempo se haya encontrado de nuevo otro trabajo, digamos, al mes, y en el nuevo empleo se hayan laborado otros dos años, hasta perder nuevamente este último empleo, sin posibilidades próximas de conseguir uno nuevo, como sucede actualmente, no se toman los seis años, sino el periodo mayor, en este caso, el de cuatro años, que serían 16 meses de pago por paro… y ya, sería el máximo que se le pagaría a ese desempleado, en caso de no conseguir en dicho lapso de tiempo un nuevo empleo. Y una vez pagados los 16 meses, sería el fin de esa prestación, con lo que el gobierno se embolsaría los 8 meses restantes. Sí, suena bastante enredado, pero así funciona esa cuestionable prestación laboral, la que se contempla en los descuentos que se hacen al salario, no es gratuita (y habrá que ver si Rajoy, con su brutal austeridad que está imponiendo, no la elimina). Y al agotarse los meses de pago por paro, lo único que queda es un subsidio de €426 euros durante un máximo de dos años, que apenas si permiten una precaria sobrevivencia, que por la profundidad de la presente crisis, muchos incluso hasta esa pírrica suma ya perdieron, tras más de dos años de no haber conseguido empleo alguno (pero dicho subsidio no garantiza otras prestaciones laborales que se tienen durante el pago del paro, como el servicio médico. A un subsidiado se le puede negar esa vital prestación).
Y así, la lista de arbitrariedades laborales sigue, pero que, debido a la crisis económica tan severa, son aun más lesivas contra la mayoría de la población.
Como refería antes, cuando hace seis años visité España, ya había yo percibido signos de que se cocinaba una muy fuerte crisis. En todo el mundo se estaba calentando el mercado inmobiliario, comenzando por EU. Estoy hablando del 2006, dos años antes de que estallara la crisis, justo en EU, primero, y que luego se esparciera por todo el mundo, hasta llegar a los niveles tan severos que estamos viviendo, que han llevado a países enteros, como Grecia, a quebrar (en estos momentos, incluso se cuestiona si ha de seguir integrada a la eurozona). Dicho en pocas palabras, se estaban construyendo más casas de las que se podían comprar y con tal de que se vendieran, se daban créditos sin demasiados requisitos, pues bastaba, como en EU, tener un índice bancario alto, como el FICO, para otorgarlos (ver en este mismo blog mi artículo: “La crisis de los créditos en Estados Unidos: la consecuencia de gobernarse por índices”, en donde analizo ese problema, que estuvo dentro de las causas del desaforado nivel de créditos que otorgaron los bancos, con tal de obtener jugosas ganancias, pero cuando esos créditos no pudieron cobrarse, vino el colapso y la hecatombe resultante. El link es:
http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2008/03/la-crisis-de-los-crditos-en-estados.html).
Justo esa situación vislumbré en España en esa época, pues en todos los lados que estuve, en las ciudades de Madrid, Valencia, o en pueblos de esta provincia, como Riba-roja, la Pobla, Betera, Orihuella… se estaban construyendo edificios departamentales y eso que, según testimonios de ese entonces de mis amigos, “pues hay muchos pisos que tienen años de haberse terminado y siguen sin venderse”. El problema era que ante la debilidad industrial de España frente a los, digamos, países fuertes de la eurozona – Italia, Francia y, sobre todo, Alemania –, se pensó que no había mejor negocio que construir casas y venderlas. Pero, como digo, esa receta, que también se aplicó en EU y, años atrás, en Japón, demostró ser totalmente falsa y ya no constituyen seguridad financiera ni siquiera los bienes raíces. Es a lo que yo llamo el fenómeno “Fannie Mae y Freddie Mac”, es decir, en referencia a las empresas gubernamentales estadounidenses que se dedican a financiar bienes raíces mediante hipotecas y que fueron las que estallaron ante los créditos hipotecarios que ya no pudieron pagarse por los compradores de los millones de casas vendidas. Y así sucedía ya en ese entonces en España (ver en este mismo blog mi artículo: “Especulación inmobiliaria, burbuja capitalista a punto de estallar”, en donde refiero mis análisis del viaje que hice y lo de la sobreoferta de departamentos que presencié. El link es:
http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2007/11/especulacin-inmobiliaria-burbuja.html).
Actualmente, hay más de dos millones de viviendas sin haberse vendido (un documental muy interesante que refiere el desarrollo de la crisis de España, puede verse en el sitio de la agencia informativa independiente “la Sexta columna”, en el que se muestra, justo, cómo el estallido de la burbuja inmobiliaria la originó:
http://www.lasexta.com/lasextaon/lasextacolumna/completos/resacon_en_levante/577993/1).
Y aunque ya la gente veía en esos signos que algo andaba mal, pues la vida seguía, con algunas limitaciones, pero no estaban tan agobiados y, digamos, estrangulados en su economía, como lo están ahora. Y ya el desempleo era alto, pero no a los niveles actuales, en que más de cinco millones de parados no han hallado empleo desde hace varios meses o quizá años, desde el último que tuvieron (incluso, se veían muchos indigentes en las calles). Desde el 2008 que comenzó la crisis, han cerrado más de medio millón de comercios en España, además de que su industria, factor muy importante para competir, digamos, dentro del capitalismo salvaje, como ya dije, sólo representa hoy el 15% (por eso, la Unión Europea, a los países que realmente benefició, fueron a los más industrializados, como Francia, Italia y Alemania). Y es tan alta la rapidez con que se están perdiendo los empleos que todavía quedan que, incluso, muchos migrantes que habían visto en España su segunda patria, quienes desde hace años trabajaban allí, desempeñando un empleo aceptable y bien remunerado, habían formado una familia, comprado un departamento… mejor se están regresando, porque ya todo lo perdieron. Se dan testimonios de tristes inmigrantes que han decidido regresar a sus países de origen, la mayoría latinoamericanos, para “vivir mejor”, pues así de gravísima está la situación allá. Declaran que “¡si los españoles están muy mal, nosotros estamos mucho peor! Ecuatorianos, peruanos, bolivianos, colombianos, argentinos, chilenos, mexicanos… muchos de los cuales afirman que con las comodidades que solían tener allí, bastante mejores que en sus terruños, cuando años atrás emigraron, nunca hubieran podido imaginar que una caída económica tan brutal se pudiera haber dado en España, en donde se habían establecido en búsqueda del “sueño europeo”, el de la vida confortable, tranquila, sin preocupaciones económicas.  
Y a pesar de ese grave panorama, el fascista Rajoy, en lugar de cumplir sus promesas de que haría todo lo posible por aminorar la crisis, no subir los impuestos, mantener los empleos, al contrario, con su política proempresarial y, sobre todo, dictada desde los poderes financieros dominantes en la eurozona, el Banco Central Europeo y Alemania-Merkel, la ha agravado.
Y esto se evidencia con el testimonio que mi buena amiga de muchos años, Blanca (no es su verdadero nombre), me hizo favor de platicarme, sólo para darnos una idea de hasta dónde ha caído el nivel de vida y de confort de la mayoría de los españoles.
“¡Mira, lo que está pasando en España es indescriptible, estaría una eternidad, y la situación para algunos españoles pasa ya, están haciendo muchos recortes en sanidad y educación, el rey en su anuncio de navidad (del 2011), comentaba que teníamos que apretar los cinturones y ser coherentes por la crisis, y el muy cabrón se rompe la cadera cazando elefantes en África!”, es lo primero que me comenta, en nuestra comunicación virtual que sostuve con ella hace unos días, notándose su molestia y su protesta.
He de decir que en el 2006, Blanca y su esposo, Andrés (no es su verdadero nombre), vivían bien, si no con demasiados lujos, sí confortablemente. Siguen habitando la casa que habían construido con un préstamo bancario, que a la fecha siguen pagando y que, en vista de sus deterioradas condiciones económicas actuales, ya es oneroso. En ese entonces, entre los dos ganaban alrededor de dos mil quinientos euros, de los cuales quinientos eran para el pago de la hipoteca y el resto, pues para vivir. Andrés trabajaba dando clases (aunque ya se veía la falta de oportunidades reales de empleo, pues era algo que había conseguido tras mucho buscar, pero no algo que en verdad le agradara, ya que al ser biólogo de profesión, esperaba algo de mayor nivel). Blanca trabajaba como interina en un ayuntamiento (interina, es una persona que esta cubriendo una plaza hasta que salga la oferta de dicha plaza como funcionaria). No tenían hijos, así que tampoco eran demasiadas sus presiones económicas. Ahora, la familia creció. Blanca tiene dos preciosos nenes… pero se las están viendo negras, pues ni ella, ni su esposo, trabajan, sólo viven de lo que el estado les otorga por el paro (una especie de seguro del desempleo). Blanca recibe €426 euros de subsidio (su prestación por paro ya concluyó) y Andrés, €800, por ser desempleado (o sea, él recibe aun su prestación por paro). La madre de Blanca, pensionada, separada ya del padre de Blanca, recibe alrededor de €526, “es todo lo que entra a la casa”. Y Blanca, quien siempre se ha caracterizado por su activismo social y su constante oposición a las arbitrariedades e imposiciones gubernamentales (lo cual le ha acarreado frecuentes problemas), sigue con sus agudas protestas contra el gobierno dictatorial de Rajoy, duro con los trabajadores, pero servil con sus amos, los barones del dinero. “Ahí tienes a Urgandarín, el marido de la infanta, se ha llevado no sé cuántos millones de euros de una fundación que él presidía”, vuelve a quejarse Blanca, con justificada razón, en vista de que el yerno del rey, resultó ser todo un corrupto de primera marca, que incluso hasta aquí, en México, se ha visto envuelto en casos de fraudes relacionados con supuestas “empresas energéticas”.
Así que con €1752 euros ($2207 dólares) deben de vivir Blanca, sus hijos, su marido y su madre. Eso es algo menos que en el 2006, pero ahora ya están más devaluados. “A mi madre, pues no le pedimos para los gastos, porque ya de por sí tiene los suyos y mi padre está muy enfermo, ahorita está hospitalizado. Lo bueno es que como él es pensionado, la atención médica y sus medicinas son gratuitas”, me dice. Y para darnos una idea de lo que debe de pagar con ese dinero (que en México, serían poco más de $31 mil pesos, con los que más o menos se viviría bien), me detalla sus gastos. La hipoteca de €550 euros, que se paga con el ingreso de Blanca y de su esposo, o sea, de los €1226 euros. Eso es casi el 45%. Luego, el gasto de €150 euros de gas y luz, que se incrementa a unos €254 euros en invierno, pues es cuando más se gasta por la calefacción (de hecho, Blanca debe de sostener su hogar y el de su madre, que vive en la planta baja de la construcción, y por eso son aun más onerosos sus gastos). Así que esos tres rubros se llevan €804 euros, 65% de su ingreso. Y hay otros gastos, como el teléfono, el seguro de la hipoteca, €50 euros más. El resto, es lo que se usa para la alimentación y otras cosas, como las requeridas para los niños, sobre todo, que si pañales, alimentos especiales y cuestiones especificas para ellos, “pero todo es carísimo”, me dice Blanca. Por ejemplo, el litro de gasolina cuesta ya €1.50 euros ($1.89 dólares). “La gasolina ha subido también, es que no podemos ir ni a por setas, fíjate, como está la cosa, nosotros, que cada dos por tres hacíamos escapadas de fin de semana, desde septiembre del año pasado, no hemos hecho nada de nada. ¡Menos mal que tenemos montaña aquí y nos oxigenamos un poco, porque, si no, yo creo que reventaríamos!”, se lamenta mi buena amiga, porque, en efecto, en mejores tiempos, debido a la afición de Andrés de ir a recolectar hongos comestibles, setas (como dije, él es biólogo, así que sabe elegirlos), Blanca y él, casi cada fin de semana, se aventuraban a los bosques, no tan cercanos, de los alrededores de su pueblo y pues al menos unos diez litros de combustible, sí eran empleados en el trayecto, a pesar de que su auto compacto no gastaba tanta gasolina.
Blanca trabaja en una inmobiliaria (nada que ver con su profesión, que es la de animadora sociocultural, que en México equivaldría al de promotora cultural). “Yo estoy trabajando en una inmobiliaria en negro, no declarada (o sea, que no está en la nómina, para no pagar impuestos), me pagan cuando pueden pagarme, igual a los dos meses, igual a los 15 días que empieza el mes (se entiende que si en el 2006 era ya difícil vender una propiedad, ahora, en medio de la severa crisis, es peor, y por eso la inmobiliaria a veces le paga y a veces, no, hasta que pueda venderse o alquilarse un departamento o terreno). Estaré hasta que pueda estar; luego, ya veremos, tengo que contabilizar esto para poder aportar un extra a los €1226 euros que generamos Andrés y yo, porque a mi madre, ni la cuento”, continúa platicándome Blanca, notándose el dejo de angustia de un muy incierto futuro, más aún con sus pequeños hijos, a los que por lo menos los próximos quince años tendrá que ver por ellos.
Y en cuanto a la forma en que les está pegando la crisis a otros no tan, digamos, “afortunados”, como Blanca, que ya no tienen ningún tipo de ingreso y, por lo mismo, ya no pueden pagar sus hipotecas, me platica que “Aquí, en mi pueblo, un abogado que conozco, dice que se prevén unos 200 desahucios este año, pero debes de comprender que eso, un desahucio, aquí, en España, no es sólo que el banco te embargue y te eche de tu casa, no, sino que si, digamos, tú la compraste en cien mil euros y al momento del embargo ya has pagado veinte mil, pues aún debes ochenta mil, ¡pero a pesar de que te echen a la calle, tú sigues debiendo esa cantidad y debes de seguir pagando una casa en la que ya no vives! Y ya, si el banco logra venderla en sesenta mil euros, digamos, aún tendrás una deuda de veinte mil euros que forzosamente debes de pagar aunque ya estés viviendo en la calle”. Inaudita es la voracidad bancaria en ese país, pues, en efecto, eso no sucede aquí, ni siquiera en países tan supermercantilizados como EU, en donde si el banco embarga una casa, pues ahí queda la deuda. El deudor pierde todo lo que hubiera dado de dinero, pero ya no tiene ninguna obligación de pagar más. Realmente es incomprensible como las autoridades españolas hayan permitido tanta rapiña financiera en donde, como se aprecia, el banco nunca pierde. Es absurdo obligar a una familia que haya sido echada de su casa, seguramente por haber perdido el trabajo el padre, la madre o ambos, a seguir pagando esa “deuda”, es una doble humillación y un golpe a su afectada dignidad.
Y quizá por tamañas arbitrariedades, que son totalmente ventajosas para los bancos, al momento de escribir esto, reviso varias notas sobre familias del movimiento 15-M (el de los indignados, bautizado así porque se originó el 15 de mayo del 2011), quienes han perdido sus casas, que se han armado de valor y mucha dignidad y están comenzando a okupar (así, con k, lo que ha identificado a dicho movimiento) edificios vacíos, a medio terminar, que nunca se han vendido, por lo mismo del estallido de la burbuja inmobiliaria y de la profunda crisis. Esto sucede en Sevilla y en otros lugares. Los activistas dicen que no es justo que existan tantas viviendas y departamentos vacíos habiendo tanta gente en la calle (justo eso se hizo también en EU, con una derivación del movimiento Occupy Wall Street, que se transformó en Occupy a home, dados tantos estadounidenses viviendo en la calle, por haberles quitado el banco sus hogares y tantas casas vacías, que están embargadas, sin venderse. De hecho, ya hay muchos ciudadanos de EU viviendo en las coladeras, como en Las Vegas, que a un lado de lujosos casinos, hay gente habitando en los túneles del drenaje. En el siguiente link, pueden ver fotos de esa vergonzosa situación:
http://www.thesun.co.uk/sol/homepage/features/2651937/The-people-living-in-drains-below-Las-Vegas.html).    
“Y se ve una cantidad de corruptelas y de cosas raras que te sorprende – continúa Blanca su testimonio –. Existían antes, pero la gente se empieza a alarmar ahora, que está todo mal. Sí, lo del rey, lo del yerno, lo de los políticos… ¡Es que en todas las comunidades no son iguales los problemas, la crisis no es igual en todas partes, aquí, en la comunidad valenciana o, mejor dicho, el País Valencia (recalca Blanca su diferenciación nacionalista), el gobierno ha tenido que intervenirnos económicamente, es que aquí, este invierno, han habido colegios que les han cortado la luz por no pagar la calefacción, o colegios apagando la calefacción y yendo los alumnos al colegio con mantas!”. Pues difícil de imaginar, que haya escuelas sin calefacción, en un país europeo porque se les cortó la electricidad, por no poder pagarla. Eso, ni en México se ve, no al menos en las escuelas públicas. Y que deban de asistir los alumnos en mantas, vaya surrealismo eurocentrista. Lo peor es que, como me dice Blanca, a pesar de esa terrible debacle económica, que ha incidido fuertemente en el nivel de confort, los casos de enraizada corrupción no sólo siguen, sino que son cada vez peor, como si en medio de la crisis, lo único que desearan los poderosos fuera el salir lo mejor librados posible, caiga quien caiga, así sea todo el pueblo trabajador (y eso de ¡sálvese quien pueda!, es una máxima que se está aplicando en todos los países. En el mencionado documental, se hace énfasis en que quienes con estas crisis ganan, son los megaespeculadores, los cuales hacen que cunda el pánico financiero al vender masivamente los bonos de deuda que ellos poseen de los países emisores a un precio, para provocar así, su rápida caída. Luego, cuando ya están baratísimos, casi sin valor, los recompran y en la operación, ya salieron ganando millones de dólares de ganancia en un día. Sí, por eso, a tales megaespeculadores se les denomina también vulture capitalists, o sea, capitalistas buitres, pues hacen sus superganancias de las ruinas de los países quebrados, como es el caso de Grecia).
Un ejemplo de la infamia que está provocando el fascista Rajoy es que mientras millones de familias, como la de Blanca, sufren las brutales consecuencias de los problemas provocados por la voracidad de los barones del dinero y del capitalismo salvaje, aquel sirviente de éstos, está “rescatando” ya a bancos, como el Bankia, al cual se le “inyectaron” casi €5,000 millones de euros, algo totalmente fuera de toda lógica y ética social. Peor aun, es que ese quebrado, ineficiente banco está “pidiéndole” al servil Rajoy otros €19,000 millones de euros para “salir” totalmente de sus problemas, con lo que sería el “rescate bancario” más caro en la historia de España (Al final, el infame “rescate” le salió al erario español, dinero del pueblo, en €23,500 millones de euros, pero además se comprobó que gran parte de las “pérdidas” de Bankia se debieron a que dicha institución está ahogada en corrupción de sus ladrones “funcionarios”. Cabe mencionar aquí, que las filiales mexicanas de los bancos españoles BBVA y Santander, les han estado ayudando bastante a dichos bancos a paliar la crisis, pues en este pobre país obtienen más de un tercio de sus ganancias mundiales, ¡nada despreciables! Igualmente, empresas dedicadas al sector energético, como Iberdrola, están haciendo aquí muy buenos negocios también, sobre todo en el desarrollo de las llamadas “granjas eólicas”, en donde se produce electricidad a partir de turbinas movidas por el viento, todo ello bajo el contubernio del nefasto, corrupto, entreguista gobierno panista. También, por desgracia, son una constante los gobiernos serviles a las órdenes del capitalismo salvaje. Les doy el link de otro excelente video en donde se explica que los “rescates” bancarios en España sólo están sirviendo para capitalizar a los bancos, nada más, pero ese dinero, producto de los impuestos de la gente, no se está usando para, por ejemplo, otorgar préstamos a empresas o particulares, es decir, los bancos se están “curando”, pero no les importan las penurias por las que pasan los españoles.
Y por si no bastara ya todo lo descrito, para agravar aun más las cosas, ya el gobierno del fascista Rajoy aceptó un primer “rescate bancario” del banco central europeo, el que está empeorando todavía mucho más la hecatombe económica española, pues, para empezar, se le exigió al blandengue gobierno conservador aumentar los intereses de sus papeles de deuda hasta 7% con tal de que se “corra el riesgo” del “rescate”. Pero, vean, solamente los bancos y las corporaciones son los importantes y que a la gente común, al pueblo, a los indignados, ¡se los siga llevando la desgracia! (y como dije arriba, hay que ver los brutales efectos que el “rescate” griego está dejando, pues además de un acelerado y generalizado empobrecimiento de prácticamente la totalidad de la población, evidenciado con enormes filas de hambrientos o de gente enferma que no puede comprar medicinas, está estallando la violencia, manifestada por brutales casos de delincuencia, como asaltos a casas de los más acaudalados, así como agresiones y asesinatos de inmigrantes, a quienes se les está “culpando” de la crisis. Esa creciente violencia, la está provocando la descomposición social generada por la inestabilidad económica, empeorada por las draconianas medidas exigidas para “rescatar” a Grecia. Puede eso también suceder en España y en los siguientes países europeos que ya también se están colapsando y sean “rescatados”).   
“Y, mira, aunque mi situación sea muy lamentable, hay otras personas que están peor, conozco un matrimonio sin hijos, menos carga, que a él ya no le pagan ni el paro, y sólo están cobrando el subsidio. Lo positivo es que no pagan hipoteca, porque, imagínate Adán, qué hace una pareja al mes cobrando solamente €426 euros. Y de plano me han dicho que se están dedicando a reciclar y reutilizar materiales que colectan de la basura, con tal de tener un ingreso extra”, continúa diciéndome Blanca. Sí, la necesidad nos hace que busquemos soluciones prontas y efectivas, pienso, que quizá en otros mejores tiempos ni nos hubiéramos imaginado hacer.
A pesar de todo, Blanca tiene esperanza de que lo que están haciendo sus compatriotas conscientes, como ella, logre doblegar al impopular gobierno del fascista Rajoy, como el Movimiento de los Indignados, que el año pasado comenzó con una serie de protestas en Madrid, y que ha seguido, a pesar de la desmedida represión gubernamental, que ha combinado brutalidad policiaca, con cero tolerancia de parte de los incondicionales esbirros de aquél (en el siguiente video puede verse buena parte de lo que he estado comentando sobre la corrupción y las medidas fascistas de Rajoy para “atenuar” la crisis, pero también se muestran terribles escenas de la brutalidad policiaca que se está dando en toda España: http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&NR=1&v=GlTe-VHSceI).
Y durante los días que esto escribo, se realizó un exitoso paro educativo al que se sumaron, al decir de sus realizadores, más del 80% de escuelas, maestros, trabajadores y estudiantes. También hay una huelga en el sector minero, el que explota el carbón, debido al brutal recorte, más del 64%, aplicado en esa actividad (supongo que ya no considera el gobierno tan vital la explotación de carbón, quizá por la incorporación de nuevas formas energéticas, como el gas natural, que está teniendo un importante impulso a nivel mundial, aunque mucho de su origen sea el de los depósitos de esquisto, una no convencional fuente energética, que emplea un proceso sumamente contaminante, que utiliza demasiada agua, pero además la contamina con sustancias químicas muy peligrosas y con radioactivas, contenidas en dichos depósitos de esquisto. Ver en este mismo blog mi artículo: “El gas natural de esquisto, el regreso a las energías baratas, pero muy contaminantes”. El link es:
http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2012/05/el-gas-natural-de-esquisto-el-regreso.html).
“Sí, fíjate que todo esto ha llevado a lograr cosas diferentes, alternativas, pues se están promoviendo, gracias al 15 M, mercados de trueque, se esta empezando a hablar del banco del tiempo, de la moneda social y cosas así”, dice esperanzada Blanca, pues a pesar de los negros nubarrones del infortunio, siempre habrá una salida (lo de la “moneda social”, ya está sucediendo en EU, por ejemplo, en donde en varios estados se están emitiendo monedas “propias”, como el Berkshare que se está empleando en la región de Berkshire – de allí su nombre –, ubicada al oeste del estado de Massachussets, dado que la gente que las usa las siente más seguras que el mismo dólar, el cual se devalúa cada año más y más).     
Y me menciona a un joven economista, Alberto Garzón Espinoza, quien actualmente es diputado por Málaga, que es parte del movimiento 15M, y que ha escrito un libro, prologado por el destacado lingüista Noam Chomsky, en donde explica muy bien todo el proceso por el cual el capitalismo salvaje ha llevado a todo el planeta a doblegarse, con tal de que el 1%, o sea, los voraces barones del dinero y las grandes corporaciones, viva a sus anchas, aunque a gran parte del 99% restante, se nos suprima, de tajo, el futuro.
Así, como a mi buena amiga Blanca, a quien agradezco todo lo que me ha comentado, que tanto ella, sus hijos, su marido, sus padres… tienen un muy incierto, negro futuro, con un nivel de vida y de bienestar que se irán deteriorando aún más con el paso del tiempo.
Sí, igual que como los millones de crecientes desposeídos del planeta – en lo que nos vamos convirtiendo todos –, a quienes no les queda más que ir empobreciendo y muriendo cada día un poco más.

          
   

Sinclair Lewis y su acérrima crítica a la religión


Sinclair Lewis y su acérrima crítica a la religión


Hace unos días terminé de leer un excelente libro, “Elmer Gantry”, escrito en 1927 por el maestro Sinclair Lewis, escritor estadounidense, nacido el 7 de febrero de 1885 y fallecido el 10 de enero de 1951, ganador de un merecido premio Nobel en 1930, dada su gran calidad literaria, pero también su perseverancia por ser un agudo crítico de la sociedad estadounidense, a través de su estupendo trabajo. En el discurso de agradecimiento por el premio, Lewis, además de apreciar el trabajo de escritores contemporáneos como Hemingway, sin cortapisas, se atrevió a declarar que “En Estados Unidos, muchos de nosotros, no sólo los lectores, sino los escritores, aun tememos cualquier literatura que no sea aquélla que sólo sea la glorificación de todo lo estadounidense, una glorificación de nuestras faltas y también de nuestras virtudes. Pero Estados Unidos es uno de los países más contradictorios, depresivos y convulsos de cualquier otra tierra que exista en el mundo hoy día. Nuestros profesores prefieren solamente una literatura que sea clara, fría, pura y terriblemente muerta”. Eso lo dijo, justamente, porque fue en su tiempo sumamente criticado por sus obras, una de ellas fue precisamente “Elmer Gantry”, como refiero en seguida.
Esta novela es una muy ácida, irónica, acérrima crítica a la religión y sus terrenales representantes, y no sólo a una en particular, sino que Lewis barrió con todas. Y sorprende la actualidad de esta obra, en vista de los recientes escándalos en los que se ha visto envuelta la religión católica, con casos de sacerdotes pederastas, de funcionarios eclesiásticos corruptos y de su carácter eminentemente mercantilista, dado que “predicar la fe” ha sido un muy buen negocio desde que se crearon, en efecto, los centros de adoración, no sólo católicos, sino, como dije, de todas las religiones.
Analizo la obra con una breve síntesis, acompañada de mis comentarios sobre esta gran novela, que leí en una edición en inglés, idioma original (no hay como leer a los autores en su idioma original, siempre que eso sea posible, claro), de la editorial inglesa Panther Books Ltd, en reimpresión de enero de 1965, a unos años de la muerte de Lewis (por cierto, cabe mencionar que se hizo una película Hollywood sobre la novela, en 1961, protagonizada por Burt Lancaster, claro, después de la muerte de Lewis, pues el resultado fue un musical muy ligth, despojado de toda la esencia crítica hacia la hipocresía religiosa del personaje central y del planteamiento, que seguramente a Lewis le habría molestado bastante y se habría opuesto a que se filmara. Por eso es que muchas polémicas novelas, si alguna vez llegan a filmarse, es cuando sus autores mueren).
La obra está centrada en la vida de Elmer Gantry, un irreverente joven de Paris, pueblo de Kansas, huérfano de padre e hijo de una muy trabajadora madre, que con algo de sacrificio lo tenía estudiando en el colegio bautista de Terwillinger, en donde además de sus materias normales, le daban clases de religión. Allí, se vuelve muy amigo de Jim Lefferts, quien habría de ser muy especial en su vida, pues en una ocasión Gantry debe de decidir si serle fiel y seguir con su vida desordenada, de alcohólicos, mujeriegos y fumadores o tomar el camino religioso y convertirse en todo un muy buen pastor bautista, que es justo lo que ocurrió, pues en una ocasión que fue entrevistado por un muy famoso profesor del colegio, Judson Roberts, según Gantry, recibió el llamado divino para hacerse pastor. De allí, con mucho júbilo por parte de su abnegada madre, se fue al seminario teológico de Mizpah, en la ciudad de Babilonia, en el ficticio estado de Winnemac (Lewis inventó muchos pueblos y ciudades, con tal de no tener problemas con los habitantes de lugares reales, la mayoría de los cuales condenaban fuertemente sus obras). Allí, el director, el reverendo Jacob Trosper, es quien le ve mucha abnegación y talento a Gantry para ser pastor y luego de un tiempo de estudiar, lo envía a una pequeña iglesia en Shoenheim, también un pequeño poblado de los de aquel entonces. Estamos hablando que la historia se desarrolla entre 1900 y 1925, más o menos (Lewis recibió el Nobel en 1930). Y cuando va allí, es en 1905, y se traslada mediante esa especie de pequeños vagones que se desplazaban sobre las vías del tren, impulsados por una palanca doble, manipulada por dos personas, cada una de un extremo, que se sumía, mientras el otro, se levantaba y así se producía el movimiento. Allí conoce a Lulu, la hija de un diácono local, de la cual se enamoró profundamente Gantry y como siempre fue un empedernido mujeriego, a pesar de su condición pastoral, pues la conquistó (aquí hay que observar que fuera de la aun más prejuiciosa y limitadora religión católica, en otros cultos se permite que los pastores o sacerdotes se casen y tengan hijos, así que Gantry no estaba, en estricto sentido, cometiendo una herejía, digamos). Pero sostuvo el romance anónimamente, hasta que un primo de ella, Floyd, le dice al padre de Lulu, el diácono Bains, que los había visto muchas veces besándose y abrazándose. De allí, pues por poco cae la “respetabilidad” de Gantry, pero muy hábilmente inventa que sí se quería casar con ella, el 25 de mayo de ese año, 1905, pero luego, también muy hábil y vilmente, logra dejar como la mala y la pérfida a Lulu, y que lo engañaba con Floyd, así que esa bajeza fue su salvación (es muy notoria la personalidad ventajosa e interesada de Gantry, que baja las estrellas y la luna a Lulu, con tal de disfrutar sus encantos, pero cuando se aburre de ella, se porta muy grosero, vulgar y vil). Hay que señalar que en el seminario de Mizpah, era más o menos amigo de Frank Shallard, otro personaje digamos que importante en la novela, quien se da cuenta, desde entonces, de las marranadas que cometía Gantry y lo que hizo con Lulu.
Para evitar más problemas, Gantry decide irse de Babilonia a otra iglesia, a donde ya lo había recomendado Trosper. Pero cuando se supone que debía llegar a la tal iglesia, en Monarch, Chicago, se le hizo fácil trabar amistad con un vendedor de la Pequot Company, empresa que vendía algo así como implementos agrícolas. Y como se puso a tomar con el vendedor y los amigos de éste, se le hizo fácil a Gantry también entregarse a los deleites de una cabaretera, digamos, recordando sus viejos tiempos, y fue que lo descubrió así el pastor encargado de recibirlo, pues Trosper, muy preocupado por Gantry, le había pedido a ese pastor que lo buscara por todos lados.
El pastor lo acusó de haberlo visto en una cantina, borracho y besuqueándose con una “mujer pública” y así fue como terminó la relación de Gantry con Trosper y el seminario Mizpah.
De allí, Gantry, se puso a trabajar como vendedor para Pequot Company y le fue muy bien. De hecho, Lewis lo describe como alguien que embromaba con su oratoria y que muy fácilmente envolvía a la gente, pues además se esforzaba por adquirir nuevo vocabulario y trataba de leer a muchos clásicos. Y así se la pasó tres años hasta que conoce a una, digamos, que profeta, la hermana Sharon Falcone, quien habría de marcarlo para siempre y, además, algo que hizo por ella, con tal de que lo tomara como su nuevo asistente, fue dejar de tomar y fumar y, además, serle fiel (en realidad, no pasaron de darse besos, pues Sharon siempre se negó a entregársele, diciendo que ella era una mujer de Dios y que si lo hacía, se le acabaría su poder. Y hasta eso aceptó Gantry, con tal de estar a su lado, pues estaba genuina y profundamente enamorado de esa especie de diosa para él).
Falcone es como el modelo de falsos profetas que son muy comunes entre los estadounidenses, que se dicen “enviados de Dios”, que “conocen su voluntad”, que “él habla a través de ellos o ellas”. Pero en realidad son muy hábiles y envolventes negociantes que saben atraer masas y que se dicen tener poderes, algo así como la cinta mexicana llamada “La venida del rey Olmos”, de un personaje parecido, que al final es asesinado por su esposa-asistente, para demostrar que si le disparaba, él tenía el poder divino de revivir, cosa que no fue así.
En el caso de Sharon, Gantry se entusiasma mucho con sus tácticas y le ayuda por algunos años y ella va creciendo en fama, poder, dinero, a tal grado que compra, con todos sus ahorros, una especie de auditorio de madera ubicado en un muelle, muy grande, como para alojar a más de dos mil personas. Y el día de la gran inauguración, el lugar, por descuido de unos trabajadores, que arrojan una colilla de cigarro a unas tablas aceitosas, se incendia y muchas personas mueren, entre ellas, justo Sharon, quien cuando se estaba quemando el sitio, no dejaba de pedir a sus fieles que no huyeran, que Dios iba a salvarlos, como a ella, quien a pesar de que Gantry le ruega que lo siga, no le hace caso, trabada en una especie de trance, quizá la combinación de su, digamos, fe, con el brutal impacto de ver ese sitio, su gran sueño de toda la vida, ardiendo tan rápidamente.
A la mañana siguiente, Gantry halla su cadáver flotando en el muelle, junto con los de otras decenas de víctimas. De allí, ya no supo Gantry qué hacer, entre triste y desilusionado de que su sueño de tomar, él mismo, el lugar de Sharon, de ser el Gran Profeta, se hubiera terminado así, tan de tajo. Y trató de dedicarse a algo similar a lo que hacía con Sharon, pero con poco éxito. Y tampoco regresó a las ventas.
Más bien, se dedicó a vender algo así como “éxito”, una suerte de “Og Mandino” de su tiempo, que supongo que también es una crítica de Lewis, pues esos personajes, vendedores de “personalidad y de habilidades para hacer amigos y hacerse ricos”, son igualmente otro muy característico rasgo de los EU, país que decía Lewis, era profundamente materialista, como menciono antes. Y me parece que en esta novela retrató muchas de esas características, sobre todo en la cuestión de la hipocresía y el materialismo. Incluso, Gantry se relaciona con una especie de “sanadora espiritual” que empleaba hasta el hinduismo para “curar”, pero lo corre cuando se da cuenta que le birlaba el dinero de las “donaciones” (le puso un billete marcado de veinte dólares, que Elmer se guardó). De allí, continúa vagando por acá y por allá, incapaz de darle la cara a su abnegada madre, debido a sus fracasos.
Así, hasta que un día conoce en persona al obispo metodista Wesley R. Toomis, de quien había escuchado hablar bastante bien Gantry y admiraba mucho. El obispo también había escuchado hablar del Doctor Gantry y sus pláticas de superación para “hacerse de un millón en sólo un año", él, Gantry, que estaba quebrado y que pidió cien dólares a su conocido Frank Shallard. Del encuentro con Toomis y su deseo de volver a predicar (pues estaba expulsado de Mizpah, pero seguía siendo pastor, bautizado en el río y consagrado como tal en su pueblo), lo manda el buen obispo a oficiar a una iglesia metodista a un pequeño pueblo, Banjo Crossing, en donde se vuelve a levantar, y conoce a quien habría de ser su esposa, Cleo Benham, hija del más acaudalado habitante de ese pueblo, con quien se casa y tiene dos hijos (según esto, el metodismo sería algo más abierto y menos prejuicioso que el bautismo). Allí le va regular, pero como es muy ambicioso, busca que lo envíen a otra iglesia. Finalmente Toomis, gracias al buen desempeño del Reverendo Gantry, lo envía a Zenith, un sitio muy acariciado por éste, donde logra levantar la concurrencia con sus sermones, en los que siempre, invariablemente, hablaba de amor, pero también no dejaba de llamar la atención sobre otras cosas que pudieran causar sensación.
Conoce en su primer, exitoso sermón a T. J. Rigg, un hábil abogado que habría de convertirse en muy buen amigo. Allí, lo que le funcionaba mucho, era hablar del vicio. Y así lo hizo, y llegó al extremo de fundar una especie de asociación contra la inmoralidad y él mismo se encargó en una ocasión de acudir a los lugares de vicio y de departamentos de prostitutas y arrestar a los “pecadores”, pues, decía, él estaba haciendo el trabajo que la policía no hacía. Eso le valió más publicidad, más reportajes en los periódicos y muchos más feligreses en su iglesia. En esa parte, un día lo va a buscar Lulu, de nuevo, quien nunca dejó de estar enamorada de él y sólo se había casado con Floyd por obligación, pero no parecía feliz, a pesar de tener quince años de casada y tener dos hijos. Y se las arreglaron para, simulando clases de cocina, verse y trabar de nuevo un romance.
De allí, Gantry comienza a buscar relaciones con importantes hombres de negocios y también se entera que su ex compañero Frank Shallard oficiaba en una iglesia del culto pentecostés, pero éste no creía en Dios y muy frecuentemente discutía del asunto con otro pastor, un tal Philip McGarry (éste, un pastor que tampoco creía mucho en Dios). Sin embargo, Shallard también arengaba a sus feligreses a no dejarse, y apoyaba las luchas sindicales de todos los trabajadores, tenía simpatía por la AFL, la IWW, los comunistas, los socialistas… y eso aprovechó Gantry para atacarlo, ya que Shallard “mal aconsejaba” a los trabajadores de un tal William Dollinger Styles (aquí, quizá Lewis hace referencia indirecta de Dillinger, el famoso capo), un acaudalado empresario, con quien se pone de acuerdo para quitarlo, a Shallard, de la competencia y quedarse con sus feligreses, además también de que recibiría las “generosas contribuciones” que Styles le hacía a la iglesia de Shallard (Lewis deja muy claro el papel mercantilista de las iglesias de las distintas denominaciones religiosas, que sólo buscan tener el mayor número posible de feligreses, para que dejen muchas limosnas y sea un muy buen negocio. Incluso, en una parte, cuando se hacen cónclaves para ver si un pastor es ascendido a una nueva iglesia, los asistentes sólo lo ven como una manera de aumentar su salario y poder económico, valiéndoles poca cosa la “fe” promovida hacia sus feligreses).
Y llega al extremo Gantry en sus ataques de obligar a Shallard a renunciar y a dedicarse a trabajar para una casa de beneficencia.
Un poco antes, es en donde Lewis hace su más acérrimo ataque contra la religión, incluso contra el mismo Jesucristo, al cuestionar que el tal mesías era un cúmulo de contradicciones y que todo lo hacía con tal de destacar, como al sanar a los enfermos, siempre esperaba la admiración y el agradecimiento de los sanados y de los presentes. Y también en una parte dice que si la humanidad hubiera seguido las prédicas de Cristo, de no acumular y vivir al día, no habría podido sobrevivir aquella, sin acumular comida, por ejemplo (p.p. 359-362 de la edición mencionada).
De allí, Lewis dedica un buen pasaje a un lamentable suceso que le ocurre a Frank Shallard, luego de la condena religiosa a la teoría de la evolución en el llamado “proceso de Dayton”, que fue en donde surgió toda esa basura religiosa condenatoria del darwinismo, el que desde entonces, los grupos más retrógrados y fundamentalistas de EU, han querido prohibir que se imparta en las escuelas públicas estadounidenses, así como la cuestión biológica (esto también es muy criticado por Lewis, diciendo que en las escuelas bautistas sólo se quería enseñar álgebra, administración y lenguas muertas y nada que ver con la biología, la anatomía o teorías, como el darwinismo, que cuestionaran al “origen divino” de la vida, eso de Adán y Eva y la creación, lo que se conoce como creacionismo. De hecho, en un artículo que escribí al respecto, titulado “El supremacista diseño inteligente, pretexto estadounidense para invadir”, analizo dicho problema, pues al “origen divino” en EU le quieren dar un carácter “científico” los fundamentalistas, diciendo que se trata, el creacionismo, de un hecho “tecnológico”, pues comparan a la creación del hombre con un diseño muy perfecto, hecho por “Dios”, así, como si el tipo hubiera sido un ingeniero y hubiera diseñado y fabricado a la humanidad, ¡háganme favor!, y eso es lo que se quiere obligar en las escuelas elementales de EU a que se enseñe y que se elimine la “herética” teoría de la evolución”. El link es
http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2007/11/el-supremacista-diseo-inteligente.html).
Shallard es llamado por las asociaciones científicas a dar conferencias para que defienda la teoría de la evolución, así como a la ciencia y que demostrara que Dios no existe y que es una simple invención, pero cuando está dando su primera conferencia, fanáticos pagados lo golpean, lo llevan a un paraje solitario y le destrozan la cara a fuetazos, deshaciéndole un ojo, dejándole el otro tan lastimado, que no le durará más de un año viendo, según le dicen los doctores más tarde. Shallard está casado desde hace años con Bess, una muy cariñosa y amorosa chica, con la que tiene dos hijos y cuando lo ve, todo con el rostro desfigurado y ya sin labios que besar, le dice que no se preocupe, que ella verá de conseguir un trabajo y que los niños le leerán.
Y aunque Gantry se entera de ese lamentable, cobarde hecho y lo condena y le promete que castigará a los culpables, nunca más, fuera de esas declaraciones, dice o hace algo más (un poco de pasada Lewis menciona al KKK, la nefasta, racista, “religiosa” organización que representa justo toda la carga de supuesta superioridad racial que traen los estadounidenses arrastrando históricamente, y la que ha cometido las peores barbaridades y crímenes raciales, sobre todo contra los afroestadounidenses, de que se tenga noticia – fue la que en alguna ocasión atacó al reverendo Malcolm X, por ejemplo, o que en las postrimerías del siglo veinte colgaba a los negros acusados de “robar gallinas” o los linchaba. Probablemente, debido al carácter de acérrimas críticas que tenían las obras de Sinclair, sobre todo en esos más cerrados años, no se haya atrevido a meterse más con esos violentos, ignorantes, racistas y fanáticos. Por lo menos en esta novela no se ve tanto eso y, más bien, en boca de Gantry, dice que “respetaba tales organizaciones, siempre y cuando no forzaran, ni violentaran la vida y la libertad de otros hombres”, así, muy diplomático, digamos).
Y en realidad ese violento hecho, la agresión a Shallard, es la “solución” para Gantry de evitar que aquél se siguiera inmiscuyendo en sus asuntos. De allí, Gantry no deja de buscar cómo allegarse a ricos, para tener más fondos, con los que incrementar su salario anual, y que pudiera construir una nueva iglesia. Eso lo logra con la ayuda de Rigg, su amigo abogado, quien le aconseja que se codee con lo mejor de los hombres de negocios, los Rotarios, entre otros, además de Styles. Incluso, viaja a Europa y da un sermón en una iglesia de Londres, en donde se presenta tal y como es, así, yanqui (su sermón es sobre cómo fue su primer día en la iglesia de Banjo Crossing. Por cierto, que en esta parte, Lewis compara Europa con EU, y a medias sarcástico y a medias real, parece indicar que tecnológicamente, ya en esos días, EU superaba con mucho a sus orígenes, sobre todo cuando hace las comparaciones de los ferrocarriles grandes de EU, con los pequeños ingleses).
Ya de regreso a EU, en la cúspide de su fama, se le acerca al buen pastor una joven mujer, llamada Hettie Dowler, para pedirle trabajo de secretaria, de 25 años, muy atractiva y Gantry, a sus 43 años, y mujeriego como era, no duda en dárselo. Y, claro, se vuelven amantes y el buen reverendo, muy extasiado por su juventud y su belleza, cae en la trampa, pues todo era un plan de Hettie para extorsionarlo, junto con su marido, Oscar, quien una noche los pilló, supuestamente, en la oficina de ella, y amenazó a Gantry en que si no les daba cincuenta mil dólares, lo denunciaría y a ver cómo quedaba frente a sus feligreses, como inmoral, infiel y libertino.
Pero gracias a su amigo Rigg, el abogado, quien contrata a un detective privado, logra descubrir que la chica era una extorsionadora profesional y que tenía cargos en su haber y la buscaban por otros delitos, así que atrapada, convino Hettie en declarar que todo era falso y que lo habían hecho porque Gantry había tomado muy en serio su papel de cruzado contra el vicio y que a ella le habían pagado los licoreros para desprestigiarlo y así tomar venganza (Gantry jura y perjura que cambiará, si se resuelve todo, y que será muy bueno con su mujer, Cleo, y sus hijos).
Y a pesar del rumor que se difundió y que casi se hizo un escándalo, Gantry queda muy bien parado y eso lo comprueba cuando al dar su sermón, luego del grave problema, sus feligreses le aplauden y lo siguen viendo como su gran pastor, además de que es nominado para hacerlo obispo y presidente de la Asociación Nacional para la purificación del arte y de la prensa (esta ficticia organización, fue puesta como ejemplo por Lewis para referirse, en efecto, a tantos hipócritas organismos estadounidenses que se autoproclaman “defensores de la moralidad y el buen comportamiento”. Un organismo así es el que en los años 30’s revisaba todas las cintas que se producían en ese entonces en Hollywood, y censuraban y suprimían todas aquellas escenas que sus “morales” integrantes consideraran obsceno e inmoral y no adecuado para exhibirse. Y si los directores se rehusaban a hacer los cortes, la película nunca se exhibía. En el filme “El aviador”, de Martin Scorsese, sobre la vida de Howard Hughes, el excéntrico millonario, hay una escena en donde un panel de supuestos censores buscan que Hughes quite escenas de una de sus cintas, dado que, según ellos, una de las actrices, “expone mucho el busto”, cosa que les fue muy bien refutada por Hughes. Sí, así de nefasta ha sido la influencia de la religión en la sometida sociedad estadounidense).
Pues muy buen final propuso Lewis en su obra, con tal de mostrar cómo un tramposo, mentiroso, “creyente” por conveniencia, vil, materialista, hipócrita, egoísta, ventajoso, ambicioso, mujeriego, infiel, inmoral, mercantilista, comerciante, demagogo, macho… y a pesar de todas las otras “cualidades” de Gantry, el Reverendo Doctor Gantry, al final triunfa y se muestra como un “hombre de Dios” recto, admirable, moral, intachable, perfecto, fiel, inteligente (bueno, eso sí era), bondadoso, sincero… sí, realmente hace pedazos Lewis a la religión y todas sus bases organizativas y “estrategias” para “ganar adeptos”, que eso es a fin de cuentas lo que hacen los distintos cultos, crear, digamos, “clientes de la fe”, para venderla y vivir parasitariamente de eso. Muy buena y recomendable novela.

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